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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión del día sobre el Oviedo, el Sporting y el adiós de Maxi: Punto, páter y adiós

El Oviedín seguirá otra semana arriba, Fueyo regresa al Sporting y Maxi ya tiene sustituto

El páter Fueyo charla con Djuka ante el nuevo autobús del Sporting Marcos León

Corre la sexta jornada en la Segunda de las hadas y los leprechauns, donde un día el último gana al primero y el rico destinado a comérselo todo acaba tras una mala tarde-noche desahuciado y camino de la pensión Manolita. Por ejemplo, el Almería acelera de viernes, se carga al bueno de Anquela de sábado y ya acosa al Sporting. Eso a la hora de escribir estas líneas, que luego pasa lo que pasa y el panorama muta de aquella manera.

Lo que no cambiará esta semana es que el Oviedo seguirá moviéndose por las alturas tras el puntín que arrancó en Ibiza. La fiesta no fue completa. Pero ya se sabe cuál es el camino más rápido para alcanzar el éxito: arañar fuera y no permitir ni bromas en casa. Eso de la media inglesa y tal y tal.

El viaje azul a la isla de la felicidad sirvió para comprobar que en el banquillo hay vida y picante, que el Cuco tiene soluciones de las que tirar. Pelotita colgada por Joni Montiel, ojito derecho de Rubén Reyes, y Brugman, para dentro. Punto al zurrón ante la delegación azul compuesta por desplazados y residentes en la isla, González-Pola incluido.

Queda por ver si el fin de semana “furgolero” en la madreñina astur lo rematará el Sporting de Gallego como se espera. El líder defenderá su estatus en Ipurúa, no hace mucho histórico destino del fútbol del barro y ahora uno de los grandes de la categoría tras sus años en la élite gracias a una gestión de hormiguita trabajadora y ahorradora. Al menos eso cuentan. Ahora falta comprobar si las estructuras eibarresas aguantan si no hay ascenso.

Lo cierto es que el Sporting va a por todas. Tanto es así que ha recuperado al páter Fueyo, el de “te lo juro por Quini”. La burbuja –la impuesta por el covid, no en la que viven el resto del año muchos de los habitantes del planeta “fúrgol”– obligó a mandar para casa al sacerdote, que se quedó sin dirigir la oración previa a saltar al campo que ya era tradición en el vestuario gijonés.

En la hora del adiós, todo son lisonjas y parabienes. No hay país como este para las despedidas, donde la principal obsesión de la ruidosa mayoría es la de tratar de convencer al resto del personal con quién debe dormir y en qué debe gastarse el dinero

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De momento, el páter, emocionado tras conocer el lado más humano de Gallego en la entrevista del técnico en LA NUEVA ESPAÑA, ha regresado para bendecir el nuevo autocar del Sporting, el que se espera que sea el que conduzca a los rojiblancos a Primera. Mientras, el balompié se despide de Maxi(mino) Martínez, dueño de los despachos federativos asturianos durante casi treinta años.

En la hora del adiós, todo son lisonjas y parabienes. No hay país como este para las despedidas, donde la principal obsesión de la ruidosa mayoría es la de tratar de convencer al resto del personal con quién debe dormir y en qué debe gastarse el dinero. Y sin tiempo para mucho más, ya hay sucesor designado: José Ramón Lobo. No parece que vaya a tener rival en las urnas. Aunque nunca se sabe en estos días de puntos, páter y adiós.

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