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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Esos sagrados contratos

En Oviedo nos enteramos de que la salida de Arribas no fue gratis. Una cosa es cobrar en diferido y otra perdonar. Y esto es así en la madreñina del balón, en Madrid, en casa de Laporta y en Bollullos del Condado

Arribas, en El Requexón

Se acabó la Navidad. El Oviedo hace números para convertir de una vez el Tartiere en un castillo inexpugnable y el Sporting se centra en la Copa, ese torneo que le hará volver a ser de Primera durante un par de parpadeos. Y nada más, porque el tufo que desprende el equipo de Gallego es que, llegados a este punto de la temporada, el curso se da por suspendido, otra vez.

La penúltima es que la culpa del desplome de la defensa del equipo rojiblanco se debe a que no se renovara a Javi Fuego. Lo dice Babin, otro veterano que acaba contrato, central y muñidor de algunas de las frases más célebres de los últimos tiempos: “Lo sabe hasta mi prima de Martinica”, “el derbi es la final de la Champions, el fin del mundo”, “El Molinón no lo revienta ni mi primo”... Casi nada.

La penúltima es que la culpa del desplome de la defensa del equipo rojiblanco se debe a que no se renovara a Javi Fuego. Lo dice Babin, otro veterano que acaba contrato, central y muñidor de algunas de las frases más célebres de los últimos tiempos

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Ahora hay que añadir, además de su añoranza por Javi Fuego, lo de “ni hace dos meses era todo Walt Disney ni ahora todo malo”. Pues ya tardan los muchachos en demostrar que entre una de Disney y una de Wes Craven hay algo más por el medio. Queda ver, disfrutar, y ya veremos si reírse, del mercado de invierno, que ya está a tope.

En Oviedo nos enteramos de que la salida de Arribas no fue gratis y que eso de que la esforzada tropa de balón vaya por ahí perdonando parte de la soldada, nada de nada. Una cosa es cobrar en diferido y otra perdonar. Y esto es así en la madreñina del balón, en Madrid, en casa de Laporta y en Bollullos del Condado. Que ya lo decían Faemino y Cansado: una cosa es la amistad, y otra el dinero. Y en el “fúrgol” ya se sabe lo que es más sagrado. ¡Home, va!

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