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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión del Sporting y del Oviedo: Cuestión de pelotas

Christian Rivera reconoce que el Oviedo le fichó para tocar la zona bajoventral al Sporting; mientras, ambos equipos buscan dar un puñetazo encima de la mesa en sus próximos partidos

Christian Rivera, jugador del Sporting de Gijón ANGEL GONZALEZ

Todo sinceridad. Pocos filtros. La naturalidad por bandera. Y prácticamente un titular en que cada respuesta. Así puede radiografiarse a vuelapluma la entrevista de Christian Rivera con LA NUEVA ESPAÑA en la que habla de todo e, incluso, hace autocrítica, algo ausente hace mucho tiempo en este “fúrgol” de los tiempos modernos.

En la conversación destaca la frase de que el Oviedo le fichó para “tocar las pelotas” al Sporting en esa guerra de baja intensidad que arrancó cuando hubo desembarco en Mareo de canteranos azules cuando la entidad carbayona estuvo a punto de desaparecer. Si el protagonista lo dice, será que algo sabe. Una anécdota más de aquellos tiempos, no tan lejanos, en los que el Oviedo había vuelto a la élite después de muchos años.

Por lo demás, los rojiblancos apuestan todo el bote a Pucela. El equipo hace un puñado de partidos que no pierde, pero no convence. Es en momentos así cuando surge el tópico de la necesidad de dar un puñetazo encima de la mesa, de lograr una victoria de prestigio y tal y tal.

El equipo hace un puñado de partidos que no pierde, pero no convence. Es en momentos así cuando surge el tópico de la necesidad de dar un puñetazo encima de la mesa, de lograr una victoria de prestigio y tal y tal

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Algo parecido a lo que sucede a 28 kilómetros, donde esta jornada los del Cuco tendrán otra oportunidad de reivindicarse como candidatos al play-off ante el Almería. Por lo demás, debate sobre la salud de Ansu Fati, sobre si tiene que operarse porque lo dicen los médicos del club a pesar de su miedo al bisturí.

La situación del joven valor culé, al que le han acelerado el proceso de maduración por el estado de agitación en el que vive el Barça para tapar la ruina presentándolo como el nuevo Messi, pinta mal. Muy mal. Y no es por cuestión de pelotas. O sí.

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