En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: La historia y el tomate

El Sporting enlaza pasado con su nuevo modelo de club y en el Oviedo Cervera avisa que si quieren "fúrgol" espectáculo se busquen a otro

Álvaro Cervera

Álvaro Cervera / IRMA COLLIN

Pablo González

Pablo González

Los dos grandes de la madreñina astur enfilan el final de la Liga a la espera de que llegue el famoso derbi, de claro color azul desde el regreso del Oviedo al "fúrgol" profesional. El Sporting, que aún anda mirando de reojo a lo que viene detrás no vaya a ser que el Málaga le pegue un buen susto, necesita ganar al Lugo para empezar a dormir de una vez tranquilo.

Entre tanto y no, el Grupo Orlegi acelera el proceso (academia, acuerdos de colaboración con los clubes mexicanos, etcétera, etcétera) y a la vez mantiene un hilo con el pasado, brillante por otro lado, recuperando los homenajes a los socios veteranos, a leyendas como Cundi o, por ejemplo, a la plantilla que logró el ascenso en el ya lejano 1970. Lo pretérito es historia, brillante ella, y el plan pasa ahora por asegurar un futuro a base de internacionalizar el negocio. Punto es punto y euro es euro.

Mientras, a 28 kilómetros el asunto de estos días se centra en la renovación del Almirante Cervera. El técnico del Oviedo sabe que en México gusta un fútbol más vistoso, más preciosista. Pero el fútbol actual, y mucho más en la Segunda de los tópicos, suele ofrecer de todo menos brillantes espectáculos que merezcan la pena ser recordados.

Por eso el Almirante es claro cuando dice que si los muchachos aztecas quieren ser terceros jugando bien al balón que se busquen a otro, lo que a todas luces es un claro aviso a navegantes, aunque estos sean los propietarios del barco. ¡Y que viva el tomate!, ¿oyisti, güey?

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