En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: La Marsellesa

Los bolos de verano para poco o nada sirven salvo para poner nervioso al personal si no se gana al sparring de turno. Ahí está el caso del Sporting, que poco o nada transmite, poco o nada ficha pero que va camino una vez más de ser uno de los equipos con más abonados de la categoría

El banquillo del Real Oviedo durante el amistoso ante la Ponferradina

El banquillo del Real Oviedo durante el amistoso ante la Ponferradina / Miki López

Pablo González

Pablo González

"La Marsellesa" volvió a sonar en el Sella en uno de los finales más emocionantes que se recuerdan en el Descenso. Otra victoria francesa. Y van dos consecutivas. Lo de "Internacional" del Sella es cada vez más real. Los habrá que prefieran "La Marsellesa" de la escena del bar de Rick en "Casablanca", pero los que hayan ido a ver la prueba, además de a tomarse unas sidras (y lo que sigue después), habrán disfrutado de un día redondo. Eso en lo que se refiere a la madre de todas las fiestas.

Luego tenemos la evolución a vaya usted saber hacia dónde de los dos grandes de la madreñina "furgolística". Se han acabado las pruebas de verano. La próxima vez que veamos al Oviedo y al Sporting sobre el campo habrá puntos en juego. Los bolos de verano para poco o nada sirven salvo para poner nervioso al personal si no se gana al sparring de turno. Ahí está el caso del Sporting, que poco o nada transmite, poco o nada ficha pero que va camino una vez más de ser uno de los equipos con más abonados de la categoría.

El "fúrgol" puede con todo y lleva, por ejemplo, a elevar a categoría de Dios a un jugador recién llegado como Haissem Hassan por dos buenas carreras y regates. Ya se sabe que la ilusión es un activo más inestable que la nitroglicerina, pero en Gijón dura y dura y dura. Mientras, en la casa azul Alemão ya marca y Braat para los penaltis de tres en tres. Más Marsellesa, ¿oyisti, güey?

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