Análisis de la victoria del Alimeka Oviedo ante el San Pablo Burgos: El comienzo deseado

El Alimerka Oviedo da la sorpresa ante uno de los favoritos

Alberto Menéndez

Alberto Menéndez

El Oviedo Baloncesto tuvo el mejor comienzo de temporada, el comienzo deseado, con un triunfo ante uno de los principales candidatos al ascenso a la ACB, el Burgos, un club con muchos más medios económicos que los asturianos, pero que ayer cayó en un polideportivo de Pumarín que aupó a los jugadores azules en los dos últimos cuartos y sobre todo en la prórroga. Muy pocos aficionados del Alimerka se hacían ilusiones de sacar adelante el partido tras lo visto en el primer tiempo. Pero también es cierto que los de Javi Rodríguez no lo podían hacer peor que durante los primeros veinte minutos, por lo que cabía esperar una reacción. Como así sucedió. En los dos primeros cuartos los de casa estuvieron atenazados, como si les pesara en exceso el debut en una dura competición como es la LEB Oro. Fallaron una y otra vez, con tiros cómodos y también en claras ocasiones prácticamente solos debajo de la canasta contraria. Por eso llegaron a ir perdiendo por hasta 16 puntos, aunque al descanso maquillaron algo el resultado.

Les vino muy bien el descanso a los jugadores del Oviedo. Salieron con otra mentalidad y como con una velocidad más que los castellanos. Y a partir de ese momento los que cayeron en un bajón preocupante de juego fueron los burgaleses. Sus aciertos de la primera parte se convirtieron en constantes errores. Y no es que los oviedistas fueran una apisonadora fruto de unos minutos vertiginosos. No, fue una reacción constante, que se alargó durante toda la segunda parte. Por fin entraban los tiros lejanos y, además, la defensa funcionaba a las mil maravillas. En el último cuarto parecía que el Oviedo se iba a hacer con la victoria, aunque fuera a base de mucho sufrimiento. Pero no, los azules apostaron por la emoción máxima y se fueron a la prórroga, tras fallar un tiro libre que tuvieron para cerrar el choque en el minuto 40. Los nervios de unos y otros fueron la tónica dominante en esos cinco minutos de añadido, pero el Oviedo se hizo finalmente con la victoria (75-71), sobre todo porque creyó más en ella que su adversario.

El combinado asturiano demostró que es un equipo coral, en el que cada jugador tiene clara su función. Y, sobre todo, es un equipo competitivo. Salvo catástrofe, los carbayones no van a dejar de estar nunca en un partido. Saben sufrir, al menos ayer eso fue lo que pasó.

A destacar el papel desempeñado ante el Burgos por Hall Elisias, el máximo anotador del encuentro, pero que además de eso se mostró como un jugador-espectáculo, con un físico que le permite sorprender a los contrarios con saltos sorprendentes y defenderles como si tuviera más centímetros que los que realmente tiene.

Visto lo visto ayer en Pumarín, da la sensación de que el Oviedo Baloncesto no pasará este año por los sufrimientos de la anterior temporada. Y que la afición azul va a disfrutar, porque al equipo, en principio, le gusta el baloncesto prestoso.

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