Desacierto interior

Las claves de la derrota del Alimerka Oviedo ante el Guuk Gipuzkoa

Alberto Menéndez

Alberto Menéndez

Al Oviedo Baloncesto le faltó ayer en Pumarín consistencia en su juego interior. Los hombres altos del Alimerka fueron inferiores a los del Gipuzkoa y eso llevó a los de Javi Rodríguez a perder su primer partido de la temporada. Algo a lo que no estaban acostumbrados los de casa pero que entra dentro de la total normalidad, aunque en los dos primeros encuentros oficiales ganasen –quizás, sean principales candidatos a dar el salto a la ACB al final de la temporada– a San Pablo Burgos y Estudiantes. Pero los guipuzcoanos son un buen equipo y con más medios económicos que los asturianos.

En todo caso, el Oviedo Baloncesto tuvo opciones de sacar adelante el partido. Y si no lo hizo fue, sobre todo, porque fue incapaz de parar las acometidas de Iván Aurrecoechea, un pívot no muy alto, pero, eso sí, muy fuerte y muy rápido, que dominó a todos los oviedistas que le colocó enfrente el entrenador azul. Aurrecoechea fue el máximo encestador y reboteador del choque, con 20 puntos y 9 rechaces, tres de ellos en ataque. No falló ni un solo tiro de dos (8 de 8), aunque eso sí, desde la personal sólo acertó 4 de los 8 intentos de los que dispuso.

Quien peor lo pasó con los pivots del Gipuzcoa fue Elisias, quien después de un gran encuentro ante el Burgos ha bajado mucho su rendimiento ayer, y en Madrid la semana anterior. También fracasó ante Aurrecochea Davis Rozitis, un jugador al que se le nota falto de forma y, lo que es peor, de intensidad defensiva a pesar de su corpulencia. No es de extrañar que el técnico azul decidiese no darle ni un solo minuto en la segunda parte. El único oviedista que pudo hacerles algo de sombra a los hombres altos de los visitantes fue Marc Martí.

El Alimerka estuvo siempre metido en el partido, llegando a tener hasta una ventaja de ocho puntos en el marcador. Y todo gracias a una de las grandes virtudes de esta plantilla, el tiro exterior. En el primer cuarto los carbayones vivieron prácticamente de las canastas de tres. Estos diez minutos iniciales acabaron con una ventaja de dos puntos (20-18) para los asturianos, debido fundamentalmente a los cinco triples convertidos. Hasta seis jugadores del Oviedo acertaron a lo largo del partido al menos en una ocasión desde la línea de 6.75. Y pudieron ser más, pero un especialista como Stuckman estuvo muy desacertado, fallando sus cuatro intentos.

Hubo dos oviedistas destacados ayer sobremanera. Uno fue Demetric Horton, algo que parece que va a ser lo habitual a lo largo de la actual Liga. Su desparpajo le convierte en un jugador indetectable en muchas ocasiones para los rivales, incapaces de frenarle. Pero es que además aporta mucho en defensa y, aparentemente, sabe también compartir con sus compañeros: fue quien más asistencias dio, seis, a las que hay que sumar 18 puntos. El otro sobresaliente ante el Gipuzcoa Basket fue precisamente un donostiarra, Mikel Sanz, que acertó todo lo que intentó, 2 de 2 en tiros de dos, 3 de 3 en los de tres y también 3 de 3 desde la personal. Más 5 rebotes, el que más atrapó de los asturianos.

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