La opinión sobre la derrota (71-79) del Alimerka Oviedo ante el Melilla: Preocupante bajón

Sobre el bache en el que se encuentra el Oviedo Baloncesto

Alberto Menéndez

Alberto Menéndez

El Oviedo Baloncesto va a menos. Tras un inicio de temporada espectacular, ganando a los dos grandes candidatos al ascenso, San Pablo Burgos y Estudiantes, y con un juego vibrante, incluso brillante en algún momento, con un gran acierto en el tiro e incluso con capacidad de rebote, el equipo carbayón ha experimentado un preocupante bajón, hasta tal punto que parece un conjunto diferente al que comenzó la competición. Ayer, ante el Melilla, que llegaba a Pumarin como farolillo rojo de la LEB Oro, los carbayones dieron una muy mala imagen. En ningún momento se les vio con opciones serias de sacar adelante el encuentro. Como mucho se puede destacar el pundonor del capitan azul, Marc Martí, máximo anotador de los asturianos, aunque como el resto de sus compañeros tampoco es que estuviera muy acertado en los tiros libres. Una pena.

Juego muy deslavazado del Oviedo en el primer tiempo con, de nuevo, muy poca tensión defensiva, lo que permitió al Melilla irse hasta los diez puntos de ventaja en el segundo cuarto, sin demasiados problemas para anotar tanto desde la larga y la media distancia como en la zona. Dió la sensación de que los de Javi Rodríguez jugaron durante todo el enfrentamiento ante los melillenses como cohibidos, como con miedo a arriesgar y eso a un equipo explosivo como el carbayón (al menos eso parecía) le acaba pasando factura, como así sucedió ayer y también en los dos últimos encuentros disputados fuera de casa, en los que fueron aplastados por sus contrincantes. Hasta la seguridad mostrada al comienzo de la Liga en los tiros de tres puntos está desapareciendo a medida que avanzan las jornadas.

Peor lo peor de este último Alimerka quizás sea que ha pasado der ser un equipo alegre a uno aburrido, muy aburrido. Sus jugadores disfrutaban en la pista. Ya no, y se nota. Ahora sufren. De lo que no se pueden quejar es del apoyo de la afición. Pumarín sigue siendo Pumarín. Lo que cabe esperar es que en la cancha los integrantes de la plantilla azul sepan responder adecuadamente a ese apoyo cambiando los desaciertos por aciertos. Que saben hacer las cosas mejor que ayer ya lo demostraron. Solo hace falta que se lo vuelvan a creer.

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