El Oviedo se lo cree

Alberto Menéndez

Alberto Menéndez

Un timorato Oviedo, el del primer tiempo de ayer ante el Eibar, dio paso al Oviedo más completo y brillante de lo que va de temporada en la segunda parte; un Oviedo que se lo creyó y fue hacia adelante con valentía, convencido de sus posibilidades, ante uno de los conjuntos con más calidad y oficio de la categoría de plata del fútbol español. Los carbayones pasaron por encima de los armeros después de una triste primera fase, en la que se mostraron excesivamente cohibidos, más pensando en mantener su portería a cero que en adelantarse ellos en el marcador. No es que los forasteros hicieran mucho más, pero sí dieron más sensación de peligro.

Quizás les vino bien a los azules que el Eibar marcara al filo del descanso, en el minuto 42, después de mostrarse la defensa de los de casa demasiado permisiva, benévola con los delanteros guipuzcoanos. No estuvieron cómodos los asturianos en este primer tramo del encuentro. Se vio claramente en alguno de los contrataques que intentaron y en los que en ninguno de ellos dieron con la tecla adecuada para la finalización de las jugadas. Así y todo, el Oviedo pudo marcar en un centro chut de su mejor hombre sobre el campo de principio a fin, Colombatto, que acabó estrellándose en el larguero de la portería defendida por Luca Zidane.

Pudo el Eibar sentenciar prácticamente el partido al inicio de la segunda parte, pero Aketxe no estuvo fino y Leo Román atrapó su disparo sin mayores dificultades. En la siguiente jugada el encuentro cambio de forma radical. El Oviedo empató por medio de Borja Bastón, de cabeza tras un rechace. A partir de ese momento los de Luis Carrión se hicieron con el control total del juego. Dio la sensación de que jugaban a una velocidad superior que el Eibar. Por la derecha, por la izquierda o filtrando pases por el centro los oviedistas superaron una y otra vez a sus rivales, que fueron incapaces de zafarse de la presión a la que eran sometidos por los azules.

Y tuvieron varias ocasiones de gol los carbayones, sobre todo una de Bastón, que en un palmo de terreno se buscó un remate que acabó dando en el poste después de que el cancerbero del Eibar tocase ligeramente el balón. Parecía que el conjunto de Etxebarria iba a poder llevarse del Tartiere un inmerecido empate cuando en el minuto 88 se produjo el penalti decisivo, por un claro derribo a Costas, que el VAR dictaminó que era dentro del área y que ejecutó con gran aplomo Colombatto, dando los tres puntos al conjunto de la capital del Principado.

Colombatto puso así, con el tanto del triunfo, colofón de oro a una brillantísima actuación, en la que fue el faro del equipo de forma continuada. Acabó desfondado, pero de todas las maneras pidió al entrenador mantenerse en el campo para lanzar el penalti, tan confiados estaban, tanto él como sus compañeros, en sus posibilidades de acierto. Y no defraudó.

Estuvo excelso Colombatto, pero en el segundo tiempo todo el equipo azul brilló a gran altura: Costas sacando con soltura el balón desde la defensa; Calvo imponiendo su físico; Lucas y Bretones, mostrándose incansables en los laterales; Paulino y Viti buscando una y otra vez desbordar a sus marcadores; Luismi y Seone haciendo labores de contención oscuras pero indispensables para que el contrario desentone; y Bastón, por supuesto, goleando, que es para lo que está. Los que salieron de refresco también cumplieron de sobra, ya que la tensión no decayó en ningún momento.

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