En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: El arte de la comisión

El Oviedo agita el mercado y el Sporting ya tiene el protocolo con las administraciones de cara al Mundial, pero se sigue sin saber nada de quién pagará la fiesta

Alejandro Irarragorri y Jesús Martínez

Alejandro Irarragorri y Jesús Martínez / LNE

Pablo González

Pablo González

El Oviedo se ha convertido en uno de los clubes agitadores del mercado desde el aterrizaje en la capital del reino del Grupo Pachucha. Jesús Martínez insiste cada vez que se le pregunta en que el objetivo final es el ascenso a Primera, pero que el asunto es lograr un retorno a la élite sostenible en el tiempo y en el espacio y que no acabe siendo un éxito efímero que dure una o dos temporadas. Pero cuando el asunto se ve cerca, como ocurre en la casa azul, y entre muchos parroquianos, pues si hay que pisar el acelerador se pisa. Ahí están Dubasin, Borja Sánchez… Y lo que está por sonar y llegar. Ahora se habla de músculo uruguayo para el centro del campo. Todo ello en los días previos a la visita al Tartiere del Amorebieta. Por lo demás, se enfila la mitad de enero y nada se sabe de aquella ciudad deportiva cuya primera piedra-intención se colocó allá por el mes de marzo del año pasado, con lo cual el asunto va camino de soplar su primera vela.

Y, aunque el mal ajeno nunca debe servir de consuelo, en Gijón tampoco parece que se avance mucho con el asunto del Mundial 2030 y la operación 40-100-300-330-150. Hemos conocido el documento que se ha dado en llamar protocolo que debería ser la base sobre la que el club y las administraciones (Principado y Ayuntamiento) avanzaran para ejecutar el proyecto que la familia orlegiana tiene para El Molinón. De lo que se sigue sin saber nada es de qué cajón va a salir la pasta para sacar adelante la obra. Y ya se sabe que, sin dinero, no hay fiesta. Así que de momento nos tendremos que conformar con los protocolos, los grupos de trabajo y las comisiones de estudio. Porque, si algo es un arte en los procelosos mundos de la política, alta, baja o mediopensionista, es el de la comisión. Ya saben, amiguinos y amiguinas, si quieres que algo no se resuelva, crea una comisión. Lo dicho, es todo un arte, ¿oyisti, güey?

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