Oviedo, M. M.

La dirección de Arcelor-Mittal prevé invertir unos tres millones de euros en la acería de Gijón, como contrapartida a la reducción de personal en esa instalación, y que rondará el 25%. Mientras tanto, las divisiones de Largos del País Vasco y Zaragoza se preparan para acoger al personal de la planta madrileña de Villaverde, cuyo cierre la multinacional anunció a finales de enero pasado. Los sindicatos y la compañía llegaron a un principio de acuerdo que debe ser ratificado por la asamblea de trabajadores la próxima semana.

Las negociaciones para reorganizar la división de Largos de Arcelor-Mittal en Asturias arrancaron ayer por la mañana. Sobre la mesa están un recorte de plantilla de 191 trabajadores, recolocaciones de personal, cambios en los puestos de trabajo y modificaciones en las competencias laborales.

La acería de Gijón fue la primera en ser sometida al particular «test de estrés» de Arcelor. En este proceso se analizarán la situación técnica y tecnológica, los puestos de trabajo, la plantilla -trabajador a trabajador- y las medidas que se necesitan para aumentar el rendimiento. Esta instalación es la que peores resultados ha cosechado desde que se redujo la cartera de pedidos, con una productividad bajo mínimos.

Los sindicatos aceptan la reducción de plantilla y la máxima flexibilidad a cambio de inversiones que garanticen el futuro. Y ayer la compañía puso sobre la mesa la primera cifra: unos tres millones de euros para la acería gijonesa. Se trataría de apostar por mejoras tecnológicas que permitirán aumentar el rendimiento de las instalaciones y la calidad de la producción. Es decir, lograr una mayor productividad.

Las negociaciones, que se prevén largas y difíciles, continuarán hoy y durarán varios días.

Por otro lado, CC OO, UGT y la Confederación de Trabajadores Independientes (CTI) llegaron a un preacuerdo con la dirección de Arcelor-Mittal en Madrid para cerrar la planta de Villaverde, con 324 trabajadores. A los que acepten trasladarse al País Vasco o a Zaragoza se les mantendrá el salario y la antigüedad, y recibirán 25.000 euros en concepto de indemnización y ayuda para gastos de mudanza, además de un servicio de asistencia a sus familiares en la búsqueda de empleo.

A los mayores de 55 años se les rescindirá el contrato en condiciones económicas especiales. Y a los que opten por abandonar la empresa, se les liquidará por causas objetivas, pero en mejores condiciones de lo que establece la reforma laboral. La fórmula está pendiente de desarrollo.