Son casi las doce de la mañana y en Mieres jarrea como si fuera a llegar el diluvio universal. A los pies del Monumento al Minero, que en sigilo vigila a todo aquel que traspasa las puertas del campus de Barredo, comienzan a acumularse globos. Pero no levantan el vuelo. "Ha sido imposible hacerlos volar", lamenta una sindicalista. Alrededor de los globos que yacen en el suelo no se habla de otra cosa. Ya saben, de las elecciones del pasado domingo. La victoria de la izquierda y el resultado peor de lo esperado de la extrema derecha en los comicios parece que dan alas a algunos que, pese al chaparrón, ven una época dorada para los derechos laborales. Bueno, y para otras cuestiones pendientes. Como esa a la que aludió el secretario general de UGT, Javier Fernández Lanero, que ayer jugaba en casa (se crio en el barrio mierense de Requejo), cuando desde el atril del parque Jovellanos gritó esa frase popular en Twitter de "¡Franco, calienta que sales!". En alusión a la exhumación de los restos del dictador del Valle de los Caídos.

Quien los sindicatos y sus correligionarios no quieren que caliente ni en broma es Albert Rivera, el presidente de Ciudadanos. Hacia el líder de la formación naranja cargó sus iras el secretario general de CC OO en Asturias, José Manuel Zapico (este no jugaba en casa, al ser del Nalón). Bueno, no solo él. Casi todos los presentes en la plaza central del parque Jovellanos acabaron cantando casi al unísono eso de "¡Con Rivera, no!", que ya habían coreado los partidarios del PSOE el pasado domingo en Madrid frente a la sede socialista de la calle Ferraz. Y que va camino de convertirse en un himno en las grandes aglomeraciones de la izquierda.

Ni globos, y, al final, por no haber no hubo ni gaitas durante el recorrido de la marcha por culpa de la lluvia. Aunque los ánimos estaban para ello. Eufóricos por los resultados electorales. Para compensar, todos cantaron el "Santa Bárbara, bendita" y el "Asturias, patria querida" antes volver a sus casas. Así que todos contentos.