Entrevista | Rody Aragón Payaso y humorista, llega hoy a Gijón con «Vuelve a soñar»

"Hacer reír a un niño y verlo disfrutar es la mejor recompensa"

"El espectáculo tiene un argumento de inicio a fin y cuenta nuestra historia; es un homenaje a mi padre, a mi tío y al circo"

Rody Aragón, junto al cartel de su espectáculo circense.

Rody Aragón, junto al cartel de su espectáculo circense.

Sergio García

Rodolfo Aragón Sac (La Habana, 1958), popularmente conocido como Rody Aragón, siempre trata de reinventarse. Buena muestra de ello es su circo más reciente, "Vuelve a soñar", con el que el hijo del mítico payaso Alfonso Aragón, "Fofó", brindará una dosis de diversión y nostalgia para todas las generaciones. Desde hoy y hasta el 16 de abril, se ofrecerán seis pases de un espectáculo que se celebrará en la avenida Albert Einstein, en la explanada de Marina Civil. Hoy, a las 18.30 horas, será la primera función de una propuesta presentada por "Evolution Circus" y que transmitirá al público el espíritu de "Los Payasos de la Tele".

–¿Qué ofrecerá a los gijoneses con "Vuelve a soñar"?

–El espectáculo es una fórmula diferente a lo que hemos hecho en la familia. Lleva un argumento desde el inicio hasta el final y cuenta nuestra historia, con motivos y detalles de muchas canciones. Es un homenaje a mi padre, a mi tío y al circo en general.

–¿Por qué ese título?

–Porque todos los padres y abuelos se introducen desde el primer minuto en la historia. Comienza con un recuerdo de los niños que veían la televisión. Un artista que hace el papel de chico joven me anima a montar esa magia de "Los Payasos de la Tele", que yo veo como un imposible. El espectáculo va creciendo y tiene un final en el que el público termina de pie.

–Es un show "para los niños de ayer y hoy". ¿Qué papel juega la nostalgia?

–Estamos llegando al corazón de los padres y abuelos y los niños también lo pasan en grande. Hay momentos muy nostálgicos. Queríamos contar de dónde venimos, desde aquel éxito.

–¿Qué presencia tendrán los clásicos elementos de las artes circenses?

–Habrá números de altura, equilibristas, trapecistas... Hemos intentado encajar unos artistas que puedan seguir la historia y montar ese circo de antaño. Hay un argumento, por lo que no es solamente la presentación de un número. El final es una maravilla, el 90 % acaba llorando.

–¿Cómo nació esta idea?

–Hace cinco años que la tengo en la cabeza para contar el sentimiento que provocó aquello (en referencia a "Los Payasos de la Tele"). Los niños se divierten igual que antes y quieren volver al show al día siguiente. Los padres reviven su infancia y se emocionan, les emociona cantar esas canciones con sus hijos hoy en día. Esa es la magia.

–¿Qué representa para usted continuar la saga de su familia, tan emblemática en España?

–Llevo años recorriendo espectáculos y esta vez es una historia que nos define, nuestra. Es la verdad de lo que papá y mamá vieron. Muchas frases que salían en televisión quedaron marcadas y siento mucho orgullo. El público hace que me emocione, termino la función con los ojos aguados por su reacción.

–Don Benito y Zamora ya han disfrutado de esta propuesta. ¿Qué tal la experiencia?

–Era un circo nuevo que teníamos que desplazar desde Portugal y Don Benito era una población muy buena. Allí hicimos los ensayos. En Zamora también fue todo un éxito. En Gijón hay mucha expectación y tenemos ilusión. Ojalá se llenen todos los días.

–¿Qué recuerdos guarda de sus visitas a Gijón?

–Son recuerdos maravillosos. En la familia tenemos esa tendencia asturiana y estaba deseando volver, visitar la ciudad y ver a amigos. Y sobre la gastronomía, cómo se come en Gijón... Aquí me siento como en casa.

–Tomando como referencia lo vivido estas últimas semanas, ¿confía en la positiva respuesta del público gijonés?

–Fallar no va a fallar porque es una historia que ha calado. Esto fue un reto y que el público termine de pie, aplaudiendo, es el mayor regalo que podemos tener. Estoy deseando que llegue la función.

–¿Considera que en estos tiempos se está perdiendo la tradición de los espectáculos circenses, esa diversión más directa y personal?

–Si hay un motivo que llama la atención, el circo funciona. Nosotros vamos en una línea de sentimiento con la que el público va a recordar su niñez junto a sus hijos. Y ahí descubren que sus hijos se lo pasan igual de bien que ellos cuando eran niños. Hay una leyenda de que el circo se está acabando y no. Lo que ocurre es que, hoy en día, el público es más exigente y hay que estar a la altura de esa demanda.

–La infancia ha estado presente durante gran parte de su trayectoria. ¿Qué significa para usted hacer reír a un niño?

–Es lo más importante. Con el circo y las funciones, hay temporadas muy largas con las que me pierdo el ver a mis hijos. Sin embargo, la gran recompensa es ver a los niños disfrutando, riendo. Cuando me piden un autógrafo tienen una ilusión tremenda. Verlos felices ya me compensa.

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