Emotiva despedida a Esther López, la gijonesa que falleció en un accidente doméstico

Fernando Llenín, ayer, en la parroquia de San José, en el funeral de Esther López González, con los tres hijos de la fallecida en el primero de los bancos. | Juan Plaza

Fernando Llenín, ayer, en la parroquia de San José, en el funeral de Esther López González, con los tres hijos de la fallecida en el primero de los bancos. | Juan Plaza / P. P.

P. P.

"El amor de una madre es incondicional y no nos abandona nunca". Con estas palabras el párroco de San José, Fernando Llenín, trató de consolar ayer a los hijos de Esther López González, la gijonesa que falleció en un accidente doméstico el pasado viernes y cuyo cuerpo fue hallado varios días después tras la alerta de los familiares. El templo acogió el funeral de la mujer, a la que el sacerdote describió de la misma manera que lo hicieran días antes sus familiares. "Era una persona familiar, profundamente hogareña", expresó Llenín en el templo de San José, que acogió a los más cercanos a López González, entre ellos, sus tres hijos y sus amigas de toda la vida.

López González falleció el pasado viernes. Había ido a una casa de unos amigos a realizar labores domésticas. Se subió a unas escaleras y se cayó. Su familia había dejado de tener noticias de ellas el pasado viernes por la tarde. El domingo, denunció su desaparición en redes sociales. La angustiosa espera se resolvió a última hora del domingo. Los dueños de la casa a la que Esther González habían acudido se encontraron su cuerpo sin vida. Venían de haber pasado el fin de semana fuera de Gijón. "Fue una mujer muy íntima, muy hogareña, que quiso vivir una vida en familia", finalizó Llenín. López González fue tras este oficio celebrado en Gijón enterrada en el cementerio de Cayés, en Llanera.