Cierre multitudinario de la Fiesta de la Sidra de Gijón: "Presta mucho"

José Ramón Crespo sacó ayer su teléfono móvil del bolsillo, abrió WhatsApp y, en la lista de conversaciones, un nombre llamaba la atención. Ese era "Eventos sidreros". No se trataba de una persona, sino de un grupo que le sirve a él y a sus amigos para concertar encuentros siempre con la sidra como protagonista. La última jornada de la Fiesta de la Sidra Natural de Gijón no podía faltar en la agenda. "Siempre nos juntamos para compartir estos momentos", afirmó Crespo, oriundo de El Natahoyo. Noelia Álvarez, que también forma parte de este grupo, resumía de manera sintética por qué la degustación colectiva de ayer era tan especial. "Presta mucho porque nos reunimos todos los amigos, que a veces es complicado", indicó Álvarez.

Otro de los aspectos positivos es la posibilidad de probar las diversas propuestas que los llagares ofrecen en sus casetas. "Vamos por los puestos dependiendo de lo que más nos guste", sostuvo Álvarez. Lucía Roales, otra integrante de este grupo tan variopinto, fue una de las más reivindicativas con la sidra. "Deberíamos internacionalizarla todavía más, que aún hay gente en España que cree que no es de Asturias. Eso es pecado mortal", bromeaba. Uniformadas convenientemente para la cita, Lorena Menéndez, Marta Manjón, Ana Lastra y Marta Losada disfrutaban de unos culetes de Sidra JR cerca de la estatua de Pelayo. Las dos primeras, de Cantabria, no querían perderse la jornada bajo ningún concepto. "Es un día que tenemos marcado en el calendario", resaltó Manjón. Mientras, Ana Lastra y Marta Losada ejercían, siendo de Llanera, de "anfitrionas".

La lluvia pronto dejó de ser un obstáculo. "El día no acompaña pero nos da igual, aquí lo pasamos bien en compañía", apuntó Lastra. Losada reivindicó el valor de la cita para ensalzar "la bebida más icónica" de Asturias y también señaló que era el día perfecto para que los visitantes la prueben. "Es el mejor momento para que los turistas prueben la sidra y para disfrutar los de aquí", dijo. La degustación tenía un componente social, ya que los asistentes debían adquirir unos tickets que se canjearían por "culetes solidarios". Con la recaudación se ayudará a la asociación Galbán para financiar proyectos de investigación contra el cáncer infantil. Un motivo más para participar en un evento que bebe de la pasión sidrera.

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