Entrevista | Marco Antonio González Recuero Diseñador gráfico, autor de la imagen gráfica del Festival Internacional de Cine de Gijón

El entusiasta del diseño cultural

Paciente, positivo y sociable, el docente, amante de la música clásica, el cine de Kurosawa y la lectura, tiene al senderismo como vía de escape

El entusiasta del diseño cultural.

El entusiasta del diseño cultural.

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Hay una frase que inevitablemente aparece en su ámbito más cercano, en el familiar, de amigos o trabajo. Y que resume también la forma en que concibe la vida Marco Antonio González Recuero (Gijón, 1972), el encargado de poner la imagen gráfica al Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX). Entusiasta por naturaleza, apasionado del diseño gráfico, Recuero transmite positivismo en todas las facetas. "Sin problema" es la respuesta que siempre da cuando se le pide un favor. No hay nada que se le ponga por delante. Ningún reto que no sea capaz de afrontar. Ni ningún momento en el que no esté dispuesto a echar un cable. Con cerca de dos décadas colaborando con los grafismos del FICX, los últimos ya poniendo esa imagen gráfica identificativa a cada edición, Marco Recuero es una de esas muchas pequeñas piezas que construyen ese gran gigante que es el cine de referencia del cine de autor en España, que alcanza este año su 61.ª edición.

Nacido en Jove, su barrio familiar, con el que mantiene una gran vinculación, Recuero se formó en el colegio Xove, antes de pasar al IES Mata Jove. Ya tenía claro que lo suyo era el diseño, porque desde pequeño lo manifestaba con sus inquietudes. Fue entonces cuando pasó a formar parte de las primeras generaciones que estudiaron diseño gráfico en la Escuela de Arte de Oviedo. Sus primeros pasos laborales los dio con tres empresas en torno al diseño, en las que se empapó aún más de un mundillo que acabó siendo su moda de vida, aunque tomando su propio camino, como autónomo, con su estudio propio en su casa de El Natahoyo, donde reside con su mujer, Isabel García.

"Es una persona que disfruta muchísimo trabajando. Le completa mucho porque tiene que ver con sus ambiciones", relatan sus conocidos. Porque lo del diseño y la ilustración, que le viene de lejos, le permite cumplir también con otras aficiones, que se interrelacionan en diferentes proyectos, como la música, el cine o la literatura. De lo primero le encanta la música clásica, especialmente el barroco, y le sirve como inspiración e hilo musical mientras realiza sus trabajos para la OSPA. Lo segundo lo vive intensamente con el FICX, con sus diseños, ya sean de carteles, programas de mano o maquetaciones. Del séptimo arte uno de sus directores preferidos es Kurosawa. Y la tercera pata de sus proyectores es la literatura, con la editorial Satori, especialista en obras japonesas. Como lector ávido le motiva las ilustraciones de los libros, especialmente las de los de temática infantil.

Su vida profesional ocupa gran parte de su vida. Lo suyo es vocación. Y tiene ganas de renovarse. "Siempre intenta avanzar, no estancar e ir probando cosas nuevas. Pero no por tirarse a la moda sin más, sino ir adaptándose a los tiempos e innovando", inciden desde su entorno. Esa motivación por seguir aprendiendo y acercándose a las nuevas tendencias la riega en su contacto diario con los jóvenes, como profesor en la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología (ESNE). "Siempre nos forzaba a estar a la última, buscar las tendencias de ese momento, hacer algo para estar al día", comenta los que compartieron aula en algún momento de su largo trayectoria como docente. "Es un profesor cercano, entusiasta, divertido, de los que se nota mucho que le gusta lo que hace, no era extraño verle con los alumnos tomando el pincho y el café", añaden.

Paciente, positivo o sociable son otros de los rasgos con los que definen a Marco Recuero, un gijonés de Jove, un arraigo del que le gusta siempre presumir, ya que es habitual verle paseando por la zona, disfrutando del paisaje industrial para rememorando el pasado. Incluso, no es extraño cruzarse a Recuero caminando hasta Carreño, aprovechar para comer allí y regresar. Porque el senderismo es una de sus vías de escape, para aprovechar también escaparse, caminar y descubrir rincones de toda la geografía asturiana.

Otra afición que le relaja y le permite dar un punto de calma a su vida es la cocina. Ahí posiblemente le siga dando vueltas a ideas, nuevos proyectos y diseños, porque siempre sueña con indagar y conocer más de su mundo. Aunque siempre sin alejarse de un estilo que, para los que controlan este mundo del diseño gráfico, deja una máxima a relucir, que transmite también en sus clases. "Un gran consejo que transmitía era hacer cosas sencillas, que a partir del círculo, cuadrado o triángulo se puede hacer una cara con sombrero, por ejemplo. Se ve en su trabajo, que gira en torno a líneas y puntos, pero siempre se le nota que está a la última, aunque parta de algo muy sencilla", cuenta un especialista de la profesión.

El diseñador asturiano Manuel Fernández es una de las influencias que le han marcado en su trayectoria, en la que pese a esa visión minimalista que pueda transmitir, a Recuero sumergirse en aspectos más modernos como el grafiti. Por eso no extrañe verle siempre pegado a un cuaderno, en el que dibuja y plasma esos bocetos que le van llegando.

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