Actúa en Gijón en la Laboral el 26 de enero | Coque Malla Cantante

"Se me hizo muy duro estar todo el año sin tocar, mi vida es el escenario"

"Soy nieto político de Herrerita y con mi mujer voy mucho por Asturias, lo que es otra motivación extra para estar con la gira por ahí"

Coque Malla, en un concierto.

Coque Malla, en un concierto. / Ángel González

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Lleva prácticamente un año sin tocar. Coque Malla ha dedicado los últimos meses a preparar su nuevo trabajo. Un proceso que le ha mantenido totalmente alejado de los escenarios. En enero iniciará en Zaragoza su gira «Aunque estemos muertos», y pronto hará parada en Gijón, en la Laboral. Será el 26 de enero (21.00 horas).

–¿Se le hizo muy duro estar alejado de los escenarios?

–Sí. Los últimos meses lo fueron. Nunca estuve tanto tiempo sin tocar. Fue un año entero sin subirme a un escenario, y se me hizo muy largo. Mi vida es el escenario. Todo lo que haga alrededor de eso, incluyendo hacer canciones, discos, fotos, entrevistas y preparativos, al final se enmarca en ese gran premio de subir al escenario, que es lo que me hace feliz y me permite estar conectado con lo que soy. La sensación de estar de gira es lo que me hace seguir y me hace estar plenamente realizado. Pero ya está ahí a la vuelta de la esquina el inicio de la gira, y la venta va como una moto. Estamos en los últimos ensayos y con unas ganas tremendas de llevar este disco al público, y muy emocionado también de estar en la Laboral por lo que me une con Asturias.

–Cuéntelo.

–Soy nieto político de Herrerita (histórico futbolista del Oviedo, que también jugó en el Sporting y el Barça). Mi mujer es asturiana, su familia también, y vamos mucho por Asturias. Es otra motivación extra en esta gira, con un concierto además que está entre los primeros que haremos.

–Aunque se le haga largo y acechen las ganas de volver a tocar. ¿Recomendaría tomarse un parón así?

–Depende del trabajo, seguramente en algunos trabajos se necesite más y lo permitan más. Y en otros ni siquiera se puedan permitir ese lujo de parar. Pero hay determinados trabajos que sus características propias obligan a hacerlo. En mi caso soy músico español y no estamos en un país tan grande en el que no puedas ir todos los años a tocar a Murcia o Valencia. Por eso tiene que existir un momento en el que pares, descanses y el público también se tome un respiro de ti. Las condiciones óptimas para hacer un disco como este, con mucha complejidad y un clima muy especial, no deben ser en mitad de una gira. Si lo hubiésemos hecho sin parar de tocar y estresados hubiera salido de otra manera.

–¿Qué tiene de especial este trabajo, «Aunque estemos muertos», en el que aunque hable mucho de muerte le gusta recalcar que la vida está muy presente?

–El hecho de plantearte que las cosas se acaban, porque el disco habla sobre la muerte física, pero también como metáfora, te hace como reacción que te lances a la vida. Tomar conciencia de la muerte te hace huir de ella hacia la vida, que es la única huida posible, porque no es el caso de que se plantee un disco deprimido. Hay mucha vitalidad y rabia. Aunque la idea de la muerte y de que las cosas que se acaba está presente, también aparece esa metáfora de la rutina, que es una forma de muerte, de tomar conciencia de que si tu vida es rutinaria y aburrida te puede hacer sacudirla y que deje de serlo. Por eso el disco tiene tanta vitalidad.

–¿Hasta qué punto la música es vida?

–Son cuestiones muy complejas y filosóficas que habría que plantearse. La música, evidentemente, es vida, como el arte, porque explican muchas cosas de las que tenemos dentro; pero también ambos son muerte.

–Después de 25 años de carrera en solitario y 37 desde que empezó con «Los Ronaldos». ¿Se plantea que esta bonita historia musical llegue en algún momento a su fin o es imposible dejarlo?

–Es algo que no me planteo. Es la opción más inteligente. No tengo esa bola cristal que dice qué me apetecerá el día de mañana. Pero esto es mi vida, es lo que me gusta hacer. Llevo 37 años cogiendo la guitarra y haciendo canciones y no veo el momento en que coja la guitarra y quiera dejarla. Esto no es un capricho, para nosotros es como el comer o dormir. Todo parece indicar que no voy a poder hacer otra cosa que crear canciones y cantarlas. Pero la vida es complicada y tú la quieres complicar, que decía la canción. Es algo que no me planteo hasta que no llega un periodista y me hace pensarlo (risas).

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