El nuevo dueño de la sidrería Casa Ataúlfo, Juan José Tomás: "No va a cambiar nada"

"Continuará el 100% de la plantilla", afirma el propietario de Sidra JR, que será titular del negocio junto a la abogada Graciela Lagunilla

Juan José Tomás, ayer, en la redacción de LA NUEVA ESPAÑA.

Juan José Tomás, ayer, en la redacción de LA NUEVA ESPAÑA. / Juan Plaza

«No va a cambiar nada en Casa Ataúlfo. El local va a seguir como está y va a continuar la misma plantilla». Así lo aseguraba ayer Juan José Tomás, en un día frenético, de continuas llamadas, después de que LA NUEVA ESPAÑA desvelase lo que en la ciudad llevaba unos días siendo «un secreto a voces»: que el empresario, propietario de sidra JR, será el nuevo dueño de la célebre sidrería de la calle Cabrales. «La idea es trabajar como si Ataúlfo siguiese allí», insiste el llagarero, que se embarca en esta nueva aventura profesional junto a su pareja, la vicedecana del Colegio de Abogacía de Gijón, Graciela Lagunilla.

El cambio de manos de Casa Ataúlfo se hará efectivo el próximo viernes, 15 de marzo. Unos días antes, este domingo, día 10, será el último con Blanco y su esposa, Rosa Vitienes, al frente. Tras unos días de cierre, «para facilitar que la familia pueda llevarse sus cosas», el viernes volverá a correr la sidra tras la barra de Casa Ataúlfo. «No haremos nada especial, ni reinauguración ni nada, porque la intención es que todo siga igual», insiste Tomás.

Para el nuevo dueño del que es uno de los templos de la gastronomía gijonesa, Ataúlfo Blanco es «todo un referente». «Entré a trabajar como empleado en sidra JR en 1990, con 15 años. Le llevo sirviendo sidra a Ataúlfo desde entonces, y desde entonces le he visto trabajar. Es todo un ejemplo. Un profesional de otra época. Un hombre que vivía por y para su negocia», destaca Tomás, que se deshace en elogios hacia Blanco.

Tal y como reconoce Tomás, las negociaciones para el cambio de manos de Casa Ataúlfo llevaba tiempo gestándose. Al célebre hostelero le rondaba la cabeza la idea de la jubilación, pero no terminaba de verlo claro. Finalmente fue su familia, especialmente sus hijas, quienes le animaron a dar el paso y colgar la chaquetilla. «Al principio yo creo que le resultó un poco duro hacerse a la idea de que se iba a jubilar, pero ahora le veo muy contento», afirma Tomás que desvela la emoción que vivió Ataúlfo Blanco al comunicar a la plantilla la jubilación.

Juan José Tomás es nieto y sobrino de llagareros. Comenzó su trayectoria en 1990, a la temprana edad de 15 años, en Sidra J. R. En 2004, cuando su mentor y propietario del llagar falleció, decidió dar un paso al frente y comprar la empresa, en el Alto del Infanzón. Con Tomás al frente, Sidra JR ha ganado numerosos premios, entre ellos el del concurso de Villaviciosa, uno de los más prestigiosos de la región. «Ahora estamos haciendo una remodelación. Tenemos muchas visitas guiadas y queremos ofrecer algo de restauración, un menú degustación. La idea es hacer algo similar a lo que hacen muchas bodegas de vino», explica el empresario, para quien la innovación es «fundamental» en su sector.

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