Los taurinos lloran a Loli Menéndez, última guardesa de El Bibio: "Fue la madre de todos"

El Ayuntamiento le rendirá homenaje a una mujer "humilde, educada y cariñosa con todos"

Loli Menéndez, encendiendo una vela en la capilla de la plaza de toros de El Bibio.

Loli Menéndez, encendiendo una vela en la capilla de la plaza de toros de El Bibio. / M. M.

I. Peláez

I. Peláez

La afición taurina asturiana está de luto. Y buena parte de Gijón, también. Loli Menéndez Fonseca, la histórica guardesa de la plaza de toros de El Bibio, falleció ayer martes a los 90 años tras toda una vida de "cariño y entrega hacia los demás". Nacida en el barrio de Cimadevilla en 1933, Menéndez Fonseca comenzó a vivir en el coso de la carretera de Villaviciosa después de su boda en 1954 con Marino García, cuya familia custodiaba la plaza desde 1912. Se jubiló en 1998, pero siempre se mantuvo ligada a El Bibio en cada feria de Begoña, donde en compañía de su hija Marga García se encargaban de engalanar la capilla para los toreros y también durante largos años en la organización de la misa en el ruedo el día 15. "Siempre se sintió una madre para todos nosotros, porque todos eran hijos para ella. Fue una persona tan buena, que lo que me queda ahora es el cariño que recibió. Este año, aunque no pensaba hacerlo, volveré a salir como arenera en la feria de Begoña solo por ella", describía ayer Marga García.

Siempre con una palabra amable, Loli Menéndez se ganó el cariño y el respeto de todo el mundo gracias a su carácter cercano y cariñoso. Por la puerta de la que fue su casa, y hasta en el interior de la misma, ubicada en el patio de cuadrillas de El Bibio, vio pasar a los mejores toreros de cada época. Siempre guardó buen recuerdo de diestros como Antonio Bienvenida, Paco Camino, El Viti, Morenito de Maracay o Andrés Vázquez, según su propia confesión. También de Francisco Rivera, "Paquirri", que toreó en Gijón poco antes de morir por la cornada de un toro en Pozoblanco (Córdoba). En los últimos años, también compartió momentos con José Tomás. "Era un referente y una institución para todos los aficionados taurinos de la región", aporta Maritina Medio, presidenta de la Federación Taurina del Principado de Asturias.

Pero no solo disfrutó de los toreros. El Real Sporting (y en especial los partidos en El Molinón) era su gran pasión. También lo pasó bien con la música. Siempre que había cualquier concierto, ahí estaba en primera fila para recibir a los artistas en El Bibio. Por citar algunos ejemplos que ella mencionaba: Joan Manuel Serrat, Bob Dylan o Miguel Bosé.

Loli Menéndez, después de su jubilación, siguió ligada a la plaza con los adornos de la capilla. Vírgenes y estampas que primorosamente colocaba cada feria. Luego, la salud le impidió seguir acudiendo al coso. Muchas de esas imágenes fueron donadas por toreros que actuaron en El Bibio, como la virgen de la Macarena, donada por Paquirri a la plaza, Virgen de la Paloma que regaló Enrique Ponce o la imagen de San Martín, donada por Juan José Padilla. "El Bibio siempre fue su casa y la trató como un santuario. Su dedicación de corazón, hizo que la capilla estuviera esplendida feria tras feria. Estará en mi corazón de por vida", señala Carlos Zúñiga hijo, último gestor del coso y aspirante a seguir organizando los festejos.

Loli Menéndez, pidiendo una oreja en El Bibio.

Loli Menéndez, pidiendo una oreja en El Bibio. / Pedro Pablo Alonso

Tras su jubilación, siguió disfrutando de la feria taurina. Muchas fueron las orejas que pidió cada tarde desde el tendido alto del 9. Y no faltaba a una sola misa del día de Begoña en el ruedo, especialmente loS años que celebraba la eucaristía el fallecido padre Villanueva. Muchos aficionados, los más antiguos, también recordarán aquellas comidas que se organizaban en el patio de cuadrillas después del sorteo y antes de la corrida. "Era una gran mujer, humilde, educada y cariñosa con todos. Dedicada en cuerpo y alma a la feria de Begoña, cuidaba con excesivo mimo de todas las instalaciones, especialmente de la capilla para que fuese del agrado de los toreros en esos momentos íntimos de oración y recogimiento", recordaba ayer Ángel Junquera, presidente de los festejos taurinos.

La pena por su pérdida también ha llegado al Ayuntamiento de Gijón, que ya en su día le rindió homenaje cuando se jubiló. Ahora, desde la Casa Consistorial se confía en llevar a cabo un recuerdo para Loli Menéndez lo más pronto posible. Seguramente, se llevará a cabo coincidiendo con la presentación de carteles de la próxima feria de Begoña. Por lo pronto, la última guardesa será despedida hoy miércoles en el tanatorio de Cabueñes a las siete de la tarde.

Suscríbete para seguir leyendo