La dura afirmación de una de las expertas que cerró el congreso feminista en Gijón: "España es uno de los países más puteros del mundo"

"Los hombres suelen estar sobrerrepresentados en ámbitos públicos, pero en la prostitución desaparecen del relato", afirma la socióloga Beatriz Ranea

Beatriz Ranea, ayer, en Gijón, en el recinto ferial Luis Adaro. | Marcos León

Beatriz Ranea, ayer, en Gijón, en el recinto ferial Luis Adaro. | Marcos León / Pablo Antuña

Pablo Antuña

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"El problema de España es que es un país en el que es muy accesible la prostitución. Con los datos que contamos, España es uno de los países más puteros de Europa y del mundo. Hace una década nos decían esos datos que un 32 por ciento de los hombres han consumido prostitución al menos una vez en su vida. Y además somos unos de los países más receptores de turistas sexuales". Beatriz Ranea, doctora en Sociología y Antropología por la Universidad Complutense de Madrid, fue una de las ponentes en la última jornada del II Congreso de prevención de la violencia de género, celebrado en Gijón en el recinto ferial Luis Adaro.

Ranea, que es la autora también del libro "Puteros. Hombres, masculinidad y prostitución", enfatizó en la importancia de "visibilizar a la demanda de prostitución, porque se pone el foco únicamente en las mujeres, y es necesario mostrar las situaciones que atraviesan, pero necesitamos también problematizar la figura de quienes pagan por los servicios de prostitución". Y en esa línea, tanto en su libro como en la charla de Gijón, recalcó la importancia de conectar esa situación con la idea de que "la inmensa mayoría de quienes consumen prostitución son hombres y conectarlo con la construcción de la masculinidad, por qué los hombres siguen consumiendo prostitución".

Sobre si existe algún perfil o esteriotipo, Beatriz Ranea rompió ciertos clichés: "Tendemos a pensar que el demandante de prostitución es un hombre de edad avanzada, con menos habilidades sociales o más alejado del canon de belleza masculino. Pero nos podemos encontrar lo contrario. En realidad el putero es cualquier hombre socializado en la masculinidad normativa, que no se ha cuestionado el rol que tienen las mujeres en la sociedad ni cómo experimenta el la sexualidad".

Lo que sí denunció fue la invisibilidad y el silencio institucional al respecto. "Es algo muy paradigmático. En la sociedad los hombres suelen tender a estar sobrerrepresentados en ámbitos públicos, en la política o lo económico, pero cuando hablamos de cuestiones que tienen que ver con la violencia contras las mujeres como la prostitución y la trata con fines sexuales desaparecen del relato", valoró, antes de añadir en esa línea: "Casi como si estas situaciones aparecieran por generación espontánea o no se pudiese hablar de quienes las perpetran. Esto tiene que ver con proteger la reputación masculina y que los hombres que hacen uso de la prostitución sigan con ese privilegio que confrontan con cualquier intento de masculinidad igualitaria".

Ranea también planteó algunas de las soluciones para revertir este panorama actual: "Hay que dotar de recursos a las mujeres que deseen abandonarla. Y también se debe trabajar en cambiar la ley de extranjería, porque muchas al llegar en una situación irregular acaban en los espacios de prostitución". Y añadió a renglón seguido: "Hay que implantar políticas que desactiven la demanda de prostitución, por un lado estaría las acciones de educación sexual, para que no se reproduzca ese modelo de masculinidad que sigue representando a las mujeres en una situación de jerarquía respecto a los hombres, con la posición de mujeres de dadoras de placer".

La última jornada del congreso también contó con las intervenciones de la abogada Cristina Huelga, que habló junto a la psicóloga Noelia Fernández sobre "Experiencias y emociones en la intervención interdisciplinar con menores de edad en el Centro de Crisis"; y Sonia Vaccaro, que abordó el tema "Violencia vicaria: golpear donde más duele".

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