Varadero de Fomento

Mal sueño repetido

Expectación por la vuelta a la política de una antigua conocida

Alejandro Ortea

Alejandro Ortea

Como si fuera la recidiva de un padecimiento o la repetición de una plaga, la ciudadana cirujana Moriyón se oferta de nuevo al pasmado electorado de esta villa marinera nuestra como candidata a la Alcaldía. Viene a ver si salva al decadente Foro y hay hasta optimistas que incluso la hacen acreedora al principal sillón municipal. Y se la trata como si no lo hubiera ocupado durante ocho años que fueron los de la caída en picado de la ciudad, aquellos en los que la locomotora de la provincia perdió poco a poco su capacidad tractora y que la ya amortizada gentil dama de Carbayonia no supo enmendar en la oportunidad que le brindaron las urnas. La reaparición de Moriyón, que tanto daño nos hizo, es como una pesadilla que se repite. Recuerda a la operación de aquel alcalde Palacio que volvió, tras cuatro años en casa, a los despachos consistoriales para molestar y destilar su rencor en cada una de sus actuaciones. No hay nada más patético que la actitud de aquellos que no saben percatarse de que su tiempo político terminó, pecado tan típico de los políticos españoles que convirtieron durante la Regencia la costumbre de la alternancia entre Cánovas y Sagasta: ahí se ha quedado históricamente una Moriyón a la que la ciudadanía ya tiene pillada la matrícula.

El público muestra un alto índice de conocimiento sobre quién es el alcalde de su pueblo y muchísimo menor sobre sus concejales; eso es lo que lleva a los foristas para animar, y hasta rogar, a que nuevamente encabece su lista la ya periclitada cirujana, como si fuera la gran esperanza política local. Pero no se dan cuenta de que el público cuenta con una innegable memoria histórica que recordará, sin duda, los ocho años de inacción que propició el "moriyonato" antes de introducir la papeleta en la urna.

En el juego de las siglas, los propios de Foro saben que el ciclo es diferente y aspiran a que la desaparición de Ciudadanos les permita un leve crecimiento como para hacer de bisagra con un PP que vuelva a su posición natural y no al estado de letargo que ha padecido durante este mandato, porque no se olvide que el sol sale para todos y que sus pecados han sido ya purgados como para que la ciudadanía le devuelva, por lo menos, el favor que le negó ya hace unos cuantos mandatos consistoriales.

Por babor, se observan estas cosas con una curiosidad no exenta de una cierta aprensión: ya que si IU y Podemos no logran al final la formulación de una candidatura conjunta, hace que pierdan votos y posibles concejales, cuestión que no favorece para nada al PSOE.

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