El Mundial de los petrodólares

Los resultados deportivos y no deportivos del reciente torneo internacional de Qatar

Jaime Torner Gracia

Jaime Torner Gracia

Recientemente, finalizó el Mundial de Fútbol de Qatar, también denominado de los "petrodólares" al estar organizado por un país que no es potencia futbolística y que carecía de las infraestructuras deportivas precisas para celebrarlo. Aun así, al disponer de la tercera reserva mundial de gas natural y beneficiarse de una elevada renta per cápita (puesto 13.º entre 196 países), ha logrado construirlas en un tiempo récord, aunque fuera, presuntamente, mediante censurables condiciones laborales. Me explico:

En primer lugar, Qatar es un pequeño país (11.586 kilómetros cuadrados) sobre una península del Golfo Pérsico, con 2,9 millones de habitantes, de los cuales un 90% viven en Doha, su capital; con un 10% de ciudadanos cataríes y 80% de inmigrantes, mayoritariamente procedentes de la India (30% del total).

En segundo lugar, políticamente, es un emirato (monarquía teóricamente constitucional) dominado por la familia Al Thani, donde falta libertad de expresión, derechos humanos e igualdad de género y rige la "Ley Islámica"; con 90% de la población de etnia suní y 10% chií. No obstante, el gobierno pretende liberalizar al país para ofrecer una imagen prooccidental, sin tributar impuestos y con la sanidad o educación gratuita.

En tercer lugar, cuando logró la organización de este Mundial (año 2010) con apoyo del mundo árabe, Qatar ya había celebrado los Juegos Asiáticos (año 2006) y, más tarde, confirmó su capacidad de gestión organizando la Copa Árabe de la FIFA (año 2021).

Concretamente, para este Mundial se construyeron cinco grandes estadios dotados de regulación térmica (para reducir 20º la temperatura del ambiente) y con posibilidad de desmontarlos parcialmente luego. Sin embargo, según Amnistía Internacional, las condiciones laborales impuestas rozaron la esclavitud; causando, supuestamente, hasta 6000 bajas ignoradas por la FIFA.

Finalmente, sorprende que las gradas de tales estadios se llenaran con aficionados de países subdesarrollados que apenas consiguen financiar su deuda. Consiguientemente, parece incomprensible cómo pudieron costearse el viaje, la estancia y asistencia a los partidos, atendiendo los precios allí vigentes.

Dicho lo cual, Argentina ha ganado merecidamente el Mundial ante Francia, aunque Marruecos ha resultado la "selección revelación" con una diáspora de 26 jugadores, de los cuales 14 nacieron en el extranjero. Obviamente, Marruecos no se ha convertido súbitamente en una potencia futbolística y su juego de limitada calidad técnica ha sido compensado con potencia física, férrea defensa y rápido contrataque, vendiendo cara su eliminación en semifinales.

En definitiva, este Mundial de Qatar se recordará por celebrarse en un país musulmán que ha "encumbrado" como una presunta potencia futbolística a otro país musulmán. ¿Ha sido mera casualidad o han tenido influencia en todo eso los llamados petrodólares? La pregunta parece inevitable aunque resulta difícil de responder.

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