Cuesta arriba con las encuestas

La proximidad del 28 de mayo

Filippo Priore

Filippo Priore

A falta de menos de 50 días para los comicios del 28M, los distintos partidos buscan en las encuestas, como aquellos adivinos que auguraban el futuro en los posos del café, respuestas para las preguntas de las que ni ellos tienen la plena certeza sobre su sentido. ¿Plena? Siendo más rigurosos cabría decir que más de uno anda más perdido que «Nemo» buscando a su padre en el mar Cantábrico.

Las encuestas siempre han sido un arma de doble filo, salvo las del cocinero Tezanos, que cortan siempre del mismo lado. Por un lado, si son negativas pueden ser motivo de desmotivación y, por otro, si son demasiado favorables se corre el riesgo de eso que los expertos denominan desconectar a tu electorado, provocando el que, confiados en la victoria, no acudan a las urnas, mientras por contra pueden animar al rival a minimizar el supuesto daño.

Por lo que se refiere a las encuestas locales de nuestra participativa villa marinera, a algún candidato le han colocado una cuesta arriba que superar en estas semanas, que ni la del inútil carril bici al barrio de El Coto. Que, por cierto, para otro día hablaremos de esos acuerdos del Consistorio con empresas proveedoras de bicicletas para supuestos estudios, con unos gastos y unas condiciones para dichas empresas que podríamos calificar de muy elevados a la par que generosos.

No es raro que las encuestas playas cambien como las mareas y más aún dependiendo de su procedencia y la metodología empleada, que en algunas carecen del más mínimo rigor científico. Se asemejan así a los informes que han salido a la luz y que bien podría haber realizado un niño, en el caso de los presuntos apaños pretéritos de ese que dicen que es más que un club.

En esos cambios, influyen en gran medida un amplio desconocimiento por parte de los electores de la mayoría de candidatos y de quienes les acompañan en las listas que con tanto celo se guardan hasta el último momento. Ni qué decir ya de los programas con los que se presentan como aspirantes a la alcaldía.

Luego todavía hay quien se pregunta por los altos índices de abstención o de que los que votan, al final, lo hagan más por descartes como quien juega al mus, y siendo de lo más habitual que acaben sin pares ni juego. Si me permiten el consejo, voten a quienes ustedes consideran la mejor opción y hagan el mismo caso de las encuestas que de los comentarios del vecino del ascensor que todo lo sabe.