Afrontando una investidura incierta

Jaime Torner Gracia

Jaime Torner Gracia

La trifulca entre el PP y PSOE para alcanzar o mantenerse en la Moncloa están creando un marco político surrealista antees de la investidura del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo. Me explico:

En primer lugar, aunque el PP ganó las elecciones generales con cierta holgura (137 escaños), su posible coalición con Vox y Coalición Canaria (172 escaños) no alcanza la mayoría absoluta de 176. Así, los cinco escaños del PNV podrían ser decisivos, pero los nacionalistas vascos "van a lo suyo" temiendo la inquietante progresión de Bildu.

En segundo lugar, con 121 escaños, el PSOE intenta formar una coalición progresista que parece depender de los siete escaños de Junts per Catalunya (herederos de CIU y ahora dirigidos desde Waterloo por el prófugo Puigdemont).

En tercer lugar, los secesionistas de Junts pretenden eclipsar el protagonismo a ERC exigiendo la amnistía global de los acusados por el referéndum de 2017, como premisa previa para apoyar la investidura de Sánchez; guardando en la recámara la convocatoria de otro referéndum de independencia en Cataluña.

Finalmente, Aznar, histórico líder del PP. ha iniciado una campaña ("Basta ya") en contra de la amnistía que baraja Sánchez que el pasado domingo congregó a decenas de miles de personas en Madrid para reforzar la investidura de Feijoó.

Parece evidente que, apoyando a Sánchez, Puigdemont pretende que se admita la legalidad del procés y pueda volver a Cataluña como presidente de la Generalitat en el exilio para ser restituido en su cargo; lo cual implicaría una posible confrontación con Pere Aragonés (ERC), su actual presidente pero, sobre todo, resultaría inviable por cuestionar el Poder Judicial y nuestro Estado de Derecho.

De hecho, Sánchez intenta la "cuadratura del círculo" pretendiendo recabar el apoyo de Puigdemont y cumplir con la Constitución porque, según Felipe González, Alfonso Guerra y Ramón Jauregui (críticos del PSOE con Sánchez) ello es incompatible. Más aun, González admitió sus dudas votando al PSOE en las pasadas elecciones y Guerra rechazó la amnistía porque condenaba la Transición.

Además, ante la oposición al "sanchismo" del grupo "Fernando de los Ríos" liderado por Nicolás Redondo con antiguos destacados socialistas, es previsible que el PSOE afronte una crisis institucional abocada a ruptura y refundación, especialmente tras la expulsión de Redondo del PSOE al discrepar con Sánchez sobre su política de pactos y recibir apoyo de muchos socialistas históricos, como Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Joaquín Leguina o Francisco Vázquez.

En síntesis, como cantaba Julio Iglesias: "La vida (política) sigue igual", implicando una investidura incierta y estancada abocada a posibles nuevas elecciones y, quizás, la ruptura del PSOE. Tiempo al tiempo.

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