Monjas

Se ha hecho viral en las redes sociales la petición de la madre superiora del convento de carmelitas descalzas de Ronda, quien, con la mano incorrupta de Santa Teresa (que durante más de cuarenta años tuvo el generalísimo Francisco Franco en su despacho, como escudo protector), suplica que esa joya teresiana que es el monasterio de Ronda no se cierre por falta de vocaciones. Con gesto sereno, la madre superiora lamenta que su convento pueda cerrarse, porque en menos de tres años, han perdido cuatro monjas, de las nueve que vivían.

El Vaticano les ordena que tienen que cerrar el convento para unirse a otros. Porque no pueden mantenerse con menos de seis y por lo tanto deben unirse a otra comunidad. Aunque tienen vocaciones de jóvenes, lo que necesita en su comunidad, alega la madre superiora, son monjas formadas y profesas. La superiora confía en que pasarán estos momentos difíciles y podrán seguir su vida con la joya teresiana. Uno de los libros más maravilloso de Santa Teresa y donde mejor se puede verificar su grandeza es el "Libro de las fundaciones", en el que se narra con su peculiar gracejo e ironía las muchas aventuras y desventuras que padeció en sus fundaciones por tierras de Castilla, Andalucía y Murcia y sus encuentros y desencuentros con princesas, como la de Éboli en la fundación de Pastrana, con obispos, frailes y monjas arrieros y mozos de mulas, estudiantes (...) hasta con el nuncio del Papa que la definió como monja inquieta y andariega.

No faltan enterados mal informados y enemigos de las clausuras femeninas, que critican los monasterios de clausura por ineficaces, cuando la realidad es completamente diferente, como demuestra el gran novelista francés Georges Bernanos en su drama de "Diálogos de carmelitas". Una obra que el gran músico francés Francis Poulenc transformó en opera extraordinaria, cuya protagonista es una joven noble monja, la Hermana Blanca de la Agonía de Cristo, que en su debilidad se convierte en la representante más genuina de la vida contemplativa basada en la oración y el sacrificio por encima d las formalidades conventuales. Pese a sus temores y debilidades es guillotinada en 1794 por los asesinos y violentos de la Revolución francesa siendo la última del cadalso.

En el balcón marítimo de Gijón, que es La Providencia, las hijas de Santa Teresa y de Santa Maravillas siguen viviendo allí entregadas a la oración por todos y bajo la atención serena y vigilante de la Madre Paloma, una canaria alegre y fuerte, que se esfuerza para que no decaiga el número de vocaciones que exige el celo del Vaticano y seguir en su: Gijón del alma.

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