"Grado sale a tu paso", una ruta por el casco antiguo para viajar en el tiempo por la historia de la villa

Un recorrido por el entorno de la Plaza General Ponte permite conocer algunos de los edificios más emblemáticos de la capital moscona y el conjunto declarado Bien de Interés Cultural (BIC)

"Grado sale a tu paso" es uno de los lemas con los que el Ayuntamiento promociona el abundante patrimonio local. Y, en efecto, caminando en torno a la plaza General Ponte, en la villa, y no yendo mucho más lejos de este punto, el visitante puede hacer un pequeño viaje en el tiempo a través de la historia que cuentan los edificios más emblemáticos del centro urbano y que se describe en los paneles instalados junto a cada uno de ellos. El recorrido por el casco antiguo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), puede comenzarse en la emblemática Casa Miranda o Palacio de Valdecarzana, hoy sede de la magnífica Casa de Cultura moscona, protagonista de la intensa actividad cultural que es seña de identidad del municipio. El origen de esta construcción se data en el siglo XV, pues "de esta época es un arco ojival encontrado en los restos de la torre militar del ángulo nordeste", explica la información municipal. Sin embargo, en los siglos XVII y XVIII fue remodelada completamente en estilo barroco. 

En su entorno se hallan los restos de la muralla medieval y la obra que la recuerda, así como la capilla de los Dolores, emblema de Grado, donde se entregan los galardones "Moscones de Oro". La mandó construir "el tercer Marqués de Valdecarzana en 1713, finalizando su construcción en 1716, como complemento eclesial del vecino palacio de Miranda-Valdecarzana", explica la web del Ayuntamiento. "Es una de las capillas palaciegas más sobresalientes del estilo barroco de Asturias, atribuyéndose la obra al arquitecto Francisco de la Riva Ladrón de Guevara", añade.

Desde la capilla, en dirección al edificio del Ayuntamiento, damos antes con una gran vivienda pintada de azul. Es la Casa rectoral y en su fachada principal, sobre la puerta, a ambos lados, hay incrustados dos fragmentos de piedra con decoración ajedrezada. Aparecieron cuando se reformó la edificación y se cree que son restos de una iglesia románica que se localizó en ese punto.

Desde el Ayuntamiento ya atisbamos la Plaza General Ponte, centro de la vida comercial y social de Grado, donde reciben dos construcciones antiguas de la villa. Una de ellas es la Casa de los Arcos, cuyos dos primeros pisos se fechan en del siglo XVIII, mientras que el tercero y la buhardilla corresponden a una ampliación del siglo XIX.

Es "un modelo de vivienda urbana, que se repite en otras villas de la región y, posiblemente, sea la única construcción que permanece en pie de un conjunto más amplio que bordeaba la plaza", se destaca en la información disponible en la placa colocada junto al inmueble. A su lado, cerrando uno de los extremos de la plaza está la Casa de los Fernández Miranda, de finales del siglo XVIII, pintada en tonos blancos y azulados. En frente, en el otro extremo, se sitúa la Casa Tejeiro, con fachadas en tono verde intenso y que data de 1798.

En la plaza General Ponte hay en la actualidad un trampantojo que el pintor Favila realizó de la mano de la Asociación "ArtGrao" y que representa a una lechera con un gato. Hay que buscarlo en la fachada entre dos locales de hostelería de la plaza, pues su tamaño no es excesivamente grande. Merece la pena verlo, al igual que el que representa a un moscón sobre una flor frente a la Casa Miranda o Palacio de Valdecarzana.

Desde General Ponte queda cerca, a pocos pasos, la iglesia parroquial. En otra dirección, también a escasos metros, el palacio Fontela, sede de una parte de la colección del Museo Etnográfico. 

Si hay ganas de seguir paseando, en el parque de Arriba hay un hermoso quiosco de la música, obra del arquitecto Juan Miguel de la Guardia y "ejemplo destacado de la arquitectura del hierro de finales del siglo XIX", según destaca la información del panel que le acompaña.