Mónica Montoya, el "orgullo" de la primera estudiante de etnia gitana que se gradúa en el instituto de Llanera

La joven, de 17 años, ha acabado Secundaria y ya sueña con ser maestra: "Me encantan los niños"

Mónica Montoya Montoya en La Vega.

Mónica Montoya Montoya en La Vega. / Sara Arias

S. Arias

Mónica Montoya Montoya, de 17 años de edad, se ha convertido en la primera joven de etnia gitana que se gradúa en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) de Llanera, con sede en Posada. La estudiante rompe prejuicios con esta titulación y muestra muchas ganas de seguir formándose para convertirse el día de mañana en maestra de escuela. Una profesión con la que ya sueña y que ahora está más cerca tras haber cerrado esta etapa en el instituto.

"Soy la primera gitana en la historia del instituto que se saca la ESO y me siento muy orgullosa, ya que es verdad que, por tradición, las gitanas no tenemos tanta libertad como las payas, somos más de quedarnos en casa, casarnos y tener hijos de jóvenes. Por eso estoy tan contenta", afirma esta vecina de La Vega, en la parroquia de Villabona, donde es conocida por todos como "Chili".

Una de las claves de su éxito ha sido la familia, que la ha motivado a estudiar desde pequeña. Sus padres, Tamara y David, le ofrecen el máximo apoyo, sobre todo en aquellos momentos difíciles de estrés por el estudio o cuando las notas no sale como ella espera tras dedicar tiempo y esfuerzo. "Queremos que siga las tradiciones, pero creemos que los estudios los tiene que tener. Nosotros estamos encantados con ella, es muy buena y hay tiempo para todo. Ya tendrá tiempo de casarse", dice su madre, Tamara Montoya, visiblemente orgullosa de su hija.

Montoya asistió al Colegio Público de Lugo de Llanera, donde ahora estudian sus hermanos pequeños, también con muy buenas notas y ganas de seguir rompiendo barreras mentales como ella: "Ya apuntan maneras. Uno de ellos quiere cursar Derecho para luego ser Fiscal del Estado", comenta la joven sobre uno de ellos. Tras la etapa escolar, Montoya pasó al IES de Llanera, donde ha realizado los estudios de Secundaria.

Aunque repitió el primer curso, eso no fue óbice para que la joven se pusiese las pilas y clavase los codos en el escritorio, consiguiendo llevar a casa boletines llenos de buenas notas para satisfacción de sus padres y la suya propia. Estos años de estudio han reforzado su convicción de llegar a la universidad. "Me encantó hacer la ESO. También por la gente, porque hicimos un grupo muy bueno y muy unido. De hecho, el día de la graduación estábamos todos llorando emocionados porque nos llevamos muy bien", recuerda Montoya, que lució un bonito vestido verde para recibir el diploma.

La estudiante comienza ahora otra etapa educativa, aunque aún no ha decidido qué vía tomará para llegar hasta el grado de Magisterio. Se plantea hacer el Bachiller de la especialidad de Humanidades, "porque no hay matemáticas, aunque las apruebo no me gustan nada", reconoce. Otra de las posibilidades que baraja es acceder a una Formación Profesional de grado medio de atención a las personas con dependencia para hacer luego el ciclo superior de Educación Infantil y acceder desde ahí a los estudios universitarios.

"Me dicen un poco de todo, que si hago la Formación Profesional igual puedo trabajar antes, pero que si hago Bachiller tengo más opciones de que me cojan en Magisterio antes que a los que vienen de los módulos, así que todavía no sé qué haré", comenta Mónica Montoya, que, proximamente, comenzará las clases para sacarse el carné de conducir, otro de los sueños que tiene por cumplir.

Lo que sí tiene clarísimo es que lo que más le gusta es la infancia y la enseñanza. Por eso quiere ser maestra y, más en concreto, de Educación Infantil. "A mí es que me encantan los niños, los veo por la calle y pienso ¡Ay que me lo llevo! Los niños son mi pasión, sobre todo, los de tres a seis años, es cuando más me gustan", reconoce.

De momento, Montoya disfruta de haberse graduado en Secundaria y espera un verano lleno de actividad con sus amigos, que ya estrenaron en la noche de San Juan con una cena de pandilla. "Pienso ir a la playa todos los días", afirma. También tiene pensado acudir a las romerías populares del concejo. No se perderá la fiesta de los Exconxuraos ni mucho menos los festejos de Villabona, que se hacen en una finca cercana a su casa.

Será un verano de diversión tras el esfuerzo con los estudios, pero también para recargar pilas y coger fuerzas para afrontar el próximo curso, sea en Bachiller o en Formación Profesional. Mónica Montoya está decidida a llegar a la Universidad y lo hará llevando a gala el mundo gitano, sus tradiciones y costumbres. "Siento orgullo gitano y orgullo de poder estudiar libremente", proclama.