El Padre Galo llega al Instituto Cervantes

Varios manuscritos del autor de Cadavedo se convirtieron ayer en los primeros textos en asturiano que se custodian en la Caja de la Letras

Por la izquierda, el director general de Política Llingüística, Antón García; la consejera de Cultura, Berta Piñán, y el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ayer, en la Caja de la Letras, tras hacer el depósito.

Por la izquierda, el director general de Política Llingüística, Antón García; la consejera de Cultura, Berta Piñán, y el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ayer, en la Caja de la Letras, tras hacer el depósito. / Ana M. SERRANO

Ana M. Serrano

Ana M. Serrano

Una parte de la obra manuscrita del escritor y religioso Galo Antonio Fernández, valdesano más conocido como Fernán Coronas o Padre Galo (1884 -1939), ya tiene su hueco en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, institución pública con sede en Madrid que, según informó ayer el Principado, “custodiará por primera vez” los escritos de un autor en lengua asturiana. Se trata de textos de la literatura universal que tradujo el prolífico autor, ideólogo de La Regalina y conocedor de catorce idiomas, en los años veinte del pasado siglo. Entre ellos, la Consejería de Cultura destaca los escritos en asturiano de haikus, “que constituyen una de las primeras traducciones en occidente de estas formas poéticas singulares de la poesía japonesa”. Todos los manuscritos fueron cedidos por el valdesano Germán Lorenzo Fernández del archivo familiar.

La consejera de Cultura, Política Llingüística y Turismo, Berta Piñán, fue la encargada de depositar físicamente los documentos originales, muchos inéditos, junto al director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.

El Principado informó posteriormente del “especial significado” de este depósito por tratarse del primero en lengua asturiana que se hace en este simbólico espacio, donde tienen cabida manuscritos de distintos autores con el fin de que perduren en el tiempo “como memoria viva del país y del resto de naciones hispanohablantes”. El acto se llevó a cabo en pleno debate sobre la cooficialidad de la llingua asturiana.

“Es una muestra pequeña del trabajo inmenso de Fernán Coronas, un reconocimiento institucional a un intelectual infatigable, pero también a una lengua, la asturiana, que quiere ocupar el sitio que le corresponde entre las lenguas del mundo”, señaló la Consejera. Desde este departamento ofrecieron un listado de los escritos que ya guarda el Instituto Cervantes. Se trata de la traducción al asturiano del popular “haiku de la rana de Basho” y de otros autores como Li-Bai, Christian Heine, Johann Ludwig Alfred Tennyson, Robert Browning, Sándor Petfi, Michelangelo Buonarroti, Niccolò Tommase, Jacinto Verdaguer, Jacinto Labaila y González y Manuel Curros Enríquez.

El Padre Galo llega al Instituto Cervantes

Un retrato del Padre Galo. / Ana M. SERRANO

La noticia ha sido muy bien recibida en Valdés. El alcalde, el socialista Óscar Pérez, agradeció “el compromiso” de la Consejería con el Padre Galo. “Se potencia la cultura asturiana de la mano de un ilustre valdesano”, opinó.

Filólogos de la zona de influencia del Padre Galo y escritores en llingua también destacaron su aportación a la lengua y cultura asturianas, así como su interés por promocionarla, “algo que ahora se reconoce”. El filólogo Luis Casteleiro señaló que el depósito es “muy relevante” para la llingua y, además, “la figura lo merece”. “Fue un adelantado a su tiempo en el manejo de idiomas, en la traducción de géneros y estilos literarios que no se conocían entonces en España, como los haikus”, profundizó Casteleiro. La presidenta de la Asociación de Escritores de Asturias, Esther García, apuntó que es “un honor y un empuje para dignificar el asturiano”.

El Padre Galo llega al Instituto Cervantes

Un manuscrito del Padre Galo. / Ana M. SERRANO

Su pueblo natal, Cadavedo, también se mostró ayer orgulloso. El estudioso de la vida del Padre Galo y pregonero de La Regalina, José Manuel Menéndez, opinó que es importante reconocer el autor, “muchas veces olvidado y también dar a conocer su trabajo que ahondaba en la forma de hablar de cada zona, sin imposiciones”.

El escritor, primogénito de tres hermanos y de una familia con pocos recursos, se ordenó cura por la influencia del párroco de Cadavedo, según los testimonios del pueblo. Este año, su casa natal se convirtió en “La Casina de la Traducción”.

Suscríbete para seguir leyendo