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Pablo Junceda

La Asturias que funciona y la que podría funcionar

La urgente necesidad de apostar por el emprendimiento en la región

Me gustaría compartir algunas reflexiones sobre la Asturias que funciona y la Asturias que podría funcionar mejor si trabajamos todos de forma coordinada con una misión concreta y una clara visión realista y de futuro.

Empecemos por la Asturias que funciona. La primera información que se encuentra quien quiera conocer el Grupo Empresarial Junquera Marítima se puede ver en su página web y es la siguiente: "Junquera Marítima, S. L. es un grupo fundamentalmente humano"; para añadir un poco más más adelante: "Somos un equipo que, gracias al esfuerzo conjunto, seguimos adelante".

Sin duda dos buenas ideas que nos pueden hacer pensar en relación con algo que funciona y funciona bien: la apuesta por el factor humano, las personas y el trabajo conjunto, el equipo. Este grupo empresarial, fundado por Gumersindo Junquera, tiene 104 años de vida, de éxito y de crecimiento continuado en el que algo tendrá que ver esa filosofía centrada en los equipos humanos, es decir, en el talento. Talento que tuvo el fundador, y que continuó con el inolvidable Claudio Fernández Junquera –que tanto hizo por esta Feria y por el Ateneo Jovellanos– y ahora recae en sus herederos, la familia Fernández Marmiesse, que continúan fieles al rumbo marcado en su momento.

Cuando hablamos de empresas, de empresarios como Junquera Marítima, lo hacemos como ejemplos de emprendimiento permanente y del cuidado de los equipos humanos, incluida su formación; es decir, de la cara más positiva de nuestra economía asturiana.

Una economía cuyo futuro, sostenibilidad y crecimiento debe asentarse, como lo han hecho las economías más pujantes de nuestro entorno, en el valor del talento y la apuesta continua y continuada por la formación, la preparación y los valores inherentes al esfuerzo que toda buena formación requiere; porque como bien nos dejó dicho el genial Jacinto Benavente "muchos creen que el talento es una suerte, pero casi nadie piensa que la suerte suele ser una cuestión de cultivar el talento".

Desgraciadamente, no todo funciona en nuestra querida Asturias tan bien como los empresarios a los que hoy homenajeamos; pero no por ello debemos pensar que los asturianos y quienes tienen la nada fácil tarea de gobernarnos en estos complicados momentos, no sean capaces de reorientar los esfuerzos de todos para seguir la mejor estela de quienes llevan muchos años haciendo bien las cosas.

Pienso que una sociedad no sólo es empresa. Eso sí, muchos de los esquemas empresariales pueden ser válidos para llevar a buen puerto algunas tareas que necesita el Principado acometer más pronto que tarde. Es eso que algunos llevamos tiempo tratando de impulsar: la colaboración público-privada como clave de bóveda para construir el futuro de las nuevas generaciones.

Paso ahora a la Asturias que podría funcionar. Hace unos días, pudimos leer en la prensa las conclusiones del informe "Guesss 2021" sobre emprendimiento entre los jóvenes y en el que participaron 1.900 alumnos de la Universidad de Oviedo. Las conclusiones fueron verdaderamente tristes: "El universitario de Asturias suspende en talante emprendedor" lamentaba el titular de un diario de la prensa regional. La razón de este suspenso era clara: ¡solo un 9 % de los estudiantes de la Universidad de Oviedo plantea crear su propia empresa! Me alegró eso sí la rápida reacción de nuestra Universidad, dada la propuesta del equipo rectoral de aumentar la formación en el emprendimiento.

Mi memoria me catapultó de inmediato a aquel 13 de Enero de 2012 en el que en la Biblioteca de la Universidad de Oviedo tomaba posesión como Doctor Honoris Causa un empresario: el recordado Pepe Cosmen. Sin duda, un ejemplo de muchas cosas, pero sobre todo de amor por Asturias. En su discurso de investidura hizo una reflexión muy certera sobre la ya entonces imperiosa necesidad de apostar por el emprendimiento y de apoyar sin reparos a todos los que –jóvenes o no tan jóvenes– decidieran optar por un futuro vinculado al mundo de la empresa.

No se trata de que pensemos que todos servimos para empresarios; sino de que fomentemos el espíritu emprendedor apoyando a los que sí valen e impulsemos el talento teórico y práctico de nuestros jóvenes para que puedan hacerse un hueco en el mundo de la empresa

Ahora bien, ¿cuántos empresarios hay que tienen dificultades para encontrar determinados perfiles profesionales a los que les darían trabajo de forma inmediata en esta Asturias tan necesitada de retener a nuestros jóvenes? Muchos nos hacemos esta pregunta cada día y nos seguimos preguntando qué podemos hacer y ayudar para contestarla adecuadamente.

Como soy una persona positiva, creo que se están dando pasos en el buen camino. La creación por ejemplo del grado en Ciencia e ingeniería de Datos en la Escuela de Industriales es un buen ejemplo de ello; pero el problema no es tanto de avanzar por el camino correcto sino de hacerlo a más velocidad.

La apuesta por el talento, la formación práctica orientada a la empleabilidad –sea esta universitaria o profesional– y el apoyo al espíritu emprendedor son claves y urgentes y, todo ello, se acaba centrando en lo mismo: la necesidad de focalizarse en las personas y el trabajo de todos en equipo: desde el mundo institucional o público, el universitario, hasta el privado o empresarial. La conclusión es clara: la formación es el futuro de Asturias.

El Premio Ateneo Jovellanos nos permite comprobar que hay una realidad exitosa en Asturias que nos marca el camino: la de las mejores empresas. Decía el escritor británico J.R. Tolkien que "el trabajo que nunca se empieza es el que tarda más en finalizarse". Ojalá esta importante tarea que he tenido la suerte de compartir con todos ustedes en el día de hoy se convierta en la asignatura preferida de todos nosotros a partir de ahora.

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