Covadonga, un enclave mágico para visitar estas Navidades

El Santuario se llena de espíritu navideño con su iluminación tradicional y su ruta de belenes

Monumental belén instalado en lel túnel de entrada a la Santa Cueva de Covadonga

Monumental belén instalado en lel túnel de entrada a la Santa Cueva de Covadonga / J.Quince

J.Quince

La tradición y el espíritu navideño envuelven Covadonga, donde durante estas fechas tan señaladas asturianos y visitantes aprovechan para visitar este lugar tan emblemático de la región y disfrutar de la decoración que engalana el Real Sitio. La iluminación que adorna los rincones del Santuario y su tradicional ruta de belenes se convierten en un reclamo turístico cada año que atrae a miles de personas cautivadas por la magia de esta temporada.

Covadonga cuenta con diversas representaciones belenísticas distribuidas estratégicamente en distintos puntos del enclave, como la entrada de la Santa Cueva, el rehabilitado museo, la colegiata o la casa de ejercicios. Una ruta popular cargada de colaboración comunitaria, donde vecinos, religiosos y usuarios aportan su granito de arena para envolver el Real Sitio de un mágico ambiente navideño.

Uno de los más admiradaos es el nacimiento situado en el túnel de entrada de la Santa Cueva, una obra que lleva a cabo durante las últimas dos décadas José Ángel Vecino, sacristán de la basílica de Santa María la Real de Covadonga. Con más de 130 figuras en miniatura, esta monumental instalación que mide ocho metros de ancho y seis de profundidad se ha convertido en una tradición para este belenista que mejora cada año con la incorporación de nuevas piezas. Aunque una de las favoritas de los visitantes es la réplica en miniatura del puente romano de Cangas de Onís: “Es impresionante, tiene de todo. Lo más destacable para mí es el puente romano, le da un toque especial”, exclama Raúl Alonso, vecino de Siero.

Este nacimiento no es estático, ya que cuenta con figuras en movimiento e iluminación que recrea el paso de las horas, generando la sensación de amanecer y anochecer. Además, se ha cuidado cada detalle con una estructura de protección que evita las filtraciones de agua y humedad, perservado el belén y creando una atmósfera de recogimiento en un entorno natural: “Parece que está insertado en la propia cueva”, señala Alba Díaz.

Otro de los belenes más impresionantes del Santuario se encuentra al adentrarse en el claustro de la colegiata de San Fernando, elaborado por las religiosas. Se trata de una obra navideña de lo más original y personal que presenta una maqueta en miniatura los principales edificios del Real Sitio, desde la cueva hasta la Basílica, pasando por la casa capitular, la tienda, el museo y otros establecimientos singulares.

La representación incluye las figuras de personalidades destacadas, como el Abad de Covadonga, Adolfo Mariño; el Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes; además de sacristanes, monjas y empleados: “Está muy conseguido, me parece que lo tiene todo. A mí es el que más me ha gustado”, admira Sandra Huerta, visitante de Madrid. Cada elemento refleja en pequeño tamaño la realidad de Covadonga, con piezas imprescindibles que recean la campanona, la glorieta que conecta con la carretera a Los Lagos, la fuente de los siete caños o los dos leones que custodian el Santuario.

La iluminación tampoco pasa desapercibida. Instalada desde principios del mes, se extiende por Covadonga resaltando su belleza durante las oscuras tardes de diciembre: “Esta todo muy bonito y bien iluminado. Todos los años el ambiente invita a la gente a acercarse a ver a la Santina, los belenes y la iluminación. Merece mucho la pena venir”, recomienda el abad.