E. F.-P.

El presidente de la Junta de Hermandades de Semana Santa de Oviedo, Luis Manuel Alonso, constata el aumento de la devoción año a año y del número de cofrades. «El balance de éste es muy positivo, con muchísima gente, tanto cofrades como gente viendo las procesiones», declaró, y eso a pesar de que, recordó, la lluvia obligó a suspender tres procesiones. Pero lejos de darse por satisfechos con lo logrado en estos últimos años, en los que las procesiones de Semana Santa han recobrado vigor en Oviedo, Alonso sostiene que «hay que seguir trabajando, como si todos los años empezáramos de nuevo. No hay que perder la ilusión».

Las cofradías echan en falta más apoyo institucional. «El Ayuntamiento nos apoya económicamente, pero el Principado hace mutis por el foro», comentó el presidente de la Junta, un cargo que se renueva cada año.

La puerta a nuevas hermandades «está abierta», manifestó Alonso, y confirmó la determinación de la constituida en la parroquia de San Pedro de los Arcos, la de la Borriquilla, de presentar sus estatutos y aprobarlos este mismo año.

A la una y media de la tarde, anunciada por las cornetas y los tambores de la Cofradía del Silencio y la Santa Cruz, arrancó la procesión de Jesús Resucitado. Entre sus cofrades desfiló Gerardo Antuña, concejal del PP.

Fueron saliendo después los de los Estudiantes, Jesús Cautivo, el Santo Entierro y los Nazarenos. Tras ellas, el paso del Resucitado traspasó la puerta del claustro gótico y salió a la Corrada del Obispo, donde esperaban cientos de personas. En ese instante la Banda de Música «Ciudad de Oviedo», bajo la dirección de Francisco Vigil, entonó el himno de España.

El Arzobispo, con los hermanos mayores y, finalmente, la banda municipal, cerraron la marcha.

La procesión discurrió por el casco antiguo, lleno de ovetenses y visitantes que disfrutaban de una mañana de nuevo primaveral. Desde la Corrada, los cofrades, entre ellos muchos niños, avanzaron por el Tránsito de Santa Bárbara y salieron a Santa Ana para llegar a la plaza de la Catedral. Luego continuaron por Porlier y siguieron hasta la plaza del Ayuntamiento, por Ramón y Cajal, Pozos y Jesús.

Regresaron por Cimadevilla y desde San Antonio se recogieron en la Corrada.