La sombra de los "quemacoches" vuelve a sobrevolar La Corredoria. Por tercera vez en poco más de mes y medio el barrio ovetense registra un incendio en el que resultan calcinados vehículos. En esta ocasión el suceso tuvo lugar en la planta -2 del garaje de un edificio de la calle San Ignacio, en el que cuatro coches y una motocicleta fueron pasto de las llamas. Además, un bombero que trabajaba en las labores de extinción tuvo que ser trasladado al HUCA con un cuadro de intoxicación por humo, pero posteriormente fue dado de alta. Aunque las primeras hipótesis apuntan a un posible fallo mecánico en el turismo en el que se inició el fuego, los hechos están siendo investigados por la Policía, que ayer tomó pruebas tras el apuntalamiento del edificio, que no fue necesario desalojar.

La voz de alarma llegó poco después de las tres de la madrugada, cuando unas personas que pasaban ante la puerta del garaje de la comunidad vieron como salía de la misma mucho humo. Poco después llegaron al lugar varios efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) del Ayuntamiento de Oviedo. Las labores se complicaron debido a la dificultad para visualizar el foco de las llamas. "Se quejaban porque no veían nada y lo pasaron bastante mal", apuntó ayer por la mañana un testigo que vio cómo trasladaban a uno de los bomberos al HUCA, donde fue dado de alta poco después, mientras que otro también reconocía problemas sin llegar a ser trasladado.

Finalmente, el fuego fue dado por extinguido en torno a las 6.30 horas. A pesar del revuelo generado, no hizo falta desalojar a los habitantes que ocupan unas 35 de las 40 viviendas del bloque, aunque a primera hora de la mañana se agolpaban a la puerta del garaje para conocer los detalles de lo ocurrido. "Nos dicen que el fuego pudo originarse en uno de los coches por un fallo mecánico", apuntaban al mismo tiempo que matizaban que esa teoría había que cogerla con pinzas. "No obstante, dicen que hace falta un examen profundo por parte de la Policía judicial", indicaban algunos residentes que sólo se vieron afectados por la acumulación de cenizas en sus turismos.

La propia Policía Nacional confirmó había una investigación abierta, aunque la toma de pruebas debía esperar a hoy por la necesidad de apuntalar el edificio. La visita de los técnicos municipales determinó que la estructura podría haberse visto dañada y optó por su refuerzo antes de permitir el acceso de personal a las entrañas del aparcamiento. Tras una primera inspección, los agentes aplazaron a hoy los trabajos para determinar las causas de un suceso que para algunos fue traumático. "Se escucharon hasta explosiones", contaba un vecino, mientras otros mostraban su temor a que las llamas fuesen provocadas. "No es normal que siempre pasen estas cosas en La Corredoria", apostilló otro residente, que no olvidaba el coche calcinado esta misma semana en plena calle y la reducción a cenizas de otros seis a mediados de septiembre en la calle Anabel Santiago, sucesos cuyas causas siguen sin aclarar.