El Ayuntamiento de Oviedo clausuró ayer la línea de tratamiento de la cantera de La Belonga, una medida que acarrea el cese de actividad en la planta y que mantiene en vilo a los veinte trabajadores contratados por la empresa. El concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Ignacio Fernández del Páramo, sostiene que la decisión está avalada por los resultados "de varias inspecciones" en las que agentes del Seprona y técnicos del propio Consistorio pudieron constatar que la cantera situada en Llagú (Latores) sobrepasaba con creces el nivel de ruido que establece la normativa, un listón fijado en 55 decibelios por las noche y en 45 por el día. Del Páramo sostiene que en una de esas inspecciones la barrera se superó en 19 decibelios. El cese de actividad "se mantendrá hasta que la empresa presente un proyecto de medidas correctoras", explica el concejal.

El Consistorio no ha puesto el candado en la puerta de la cantera, pero le ha dado un golpe directo al corazón del negocio. El concejal dice que los trabajadores podrán seguir extrayendo el material, pero de poco le sirve a la empresa si no puede tratarlo. "La producción tiene tres fases: extracción, tratamiento y molienda. Si nos impiden tratar los materiales de nada sirve la extracción, con lo que todo está parado. Y no sólo afecta a veinte empleos directos, también hay otros cuarenta indirectos. Tenemos miedo a quedarnos todos en la calle", señala José Manuel García, director facultativo de la planta.

La clausura se produjo alrededor de las diez y media de la mañana, cuando en la planta había plena actividad. "A las diez nos avisaron de que iban a venir y a y media ya estaban aquí. Llegaron y nos precintaron la sala de máquinas para impedirnos trabajar. Ni siquiera sabemos en qué informes se han basado para tomar esta decisión tan drástica. Todo nos ha pillado por sorpresa", asegura Arturo Melchor Álvarez-Bengochea, consejero delegado de la empresa, que ayer por la tarde se encontraba a las puertas de la cantera junto a los trabajadores de la plantilla.

Quejas de un vecino

Los trabajadores culpan directamente a un vecino de la zona de haber sido el causante de la situación. El hombre al que se refieren, Juan Carlos González, lleva tiempo presentando denuncias por los niveles de ruido y el polvo que se genera en la cantera. El Ayuntamiento no niega que su papel fue determinante. "Las denuncias que había recibido la empresa acentúa el seguimiento, pero Medio Ambiente vigila con frecuencia estas irregularidades y realiza un seguimiento de las industrias de extracción de áridos del concejo", dice el concejal.

Juan Carlos González estaba ayer contento con la medida, aunque no del todo. "No las tengo todas conmigo. Las mediciones que hicieron hoy -por ayer- no se ajustan a la realidad. El Ayuntamiento siempre me dio largas hasta que no se metió por medio la Fiscalía y eso puede repetirse", dice. La plantilla tienen previsto manifestarse a las diez de la mañana de hoy frente al Ayuntamiento.