El parque infantil de Vetusta cuenta desde ayer con un completo lote de juegos pensados para niños de entre dos y doce años, pero entre todos los columpios hay uno que se estaba esperando en el barrio como agua de mayo. Se trata de un balancín especial para niños con algún tipo de discapacidad que les permite disfrutar del parque como el resto de los pequeños de su edad. La solicitud para que se instalase este columpio partió de Sabrina Fernández, la madre de Erik, un niño de cinco años que sufre parálisis cerebral y que hasta ayer no podía columpiarse sin que alguien lo sujetase. Ahora cuenta con una silla anclada en la cesta estándar y dotada de correajes que a él le mantiene sujeto y a su madre más tranquila y segura. La concejal del área de Infraestructuras, la socialista Ana Rivas, explicó ayer que la silla adaptada ha tenido que ser adquirida en una empresa diferente a la que suministró el resto de los juegos infantiles del parque. La madre de Erik se quejó en su día porque en Oviedo sólo hay "dos o tres sitios" en los que existen sillas de este tipo. La parálisis ha dejado a Erik sin control de movimiento en el cuello y con severas dificultades para empezar a caminar, pero lo que no le ha quitado es la sonrisa ni las ganas de pasárselo bien.