urología

Disfunción eréctil: cómo solucionar este problema

El doctor Monreal descifra las claves de este trastorno, entre las que destaca ofrecer un tratamiento a medida a cada paciente

La disfunción eréctil tiene tratamiento.

La disfunción eréctil tiene tratamiento. / Alberto Algueró

Alberto Algueró

El urólogo y especialista en andrología, Fernando Monreal, médico de la Clínica Asturias, en Oviedo, hace un pequeño recorrido por la disfunción eréctil, problema que padecen en España cerca de tres millones de personas. "Por vergüenza, en muchas ocasiones, esta enfermedad no es discutida abiertamente, ni con el médico, ni con la pareja", advierte el especialista. No obstante, "con una forma de vida razonablemente sana, casi la mitad de los hombres presenta una buena erección a los setenta años", menciona el médico, que avisa de que lo más importante es reconocer un "caso único" en "cada paciente" que requiere de un "tratamiento a medida", tal y como se procede en la Clínica Asturias.

El pene está formado por tres cilindros: dos cuerpos cavernosos y uno esponjoso. Los primeros tienen en su interior cavidades que se llenan de sangre, posibilitando así la erección; mientras que el cuerpo esponjoso es el que contiene a la uretra.

La erección se inicia con un estímulo psicológico en el que se ven implicadas varias áreas del cerebro. Éste envía órdenes que harán que el músculo que rodea a los cuerpos cavernosos se relaje, penetrando la sangre en su interior. El doctor cuenta, como curiosidad, que un hombre de 70 años ha tenido, a lo largo de su vida, "unas 50.000 horas de erección", de las cuales ha usado "entre 2.000 y 3.000" para su vida sexual.

Con respecto a las soluciones, en la actualidad se dispone de un buen número de tratamientos que atajan con solvencia este problema. El doctor menciona que se ha de realizar un "interrogatorio clínico exhaustivo" con el fin de "aplicar el o los tratamientos más adecuados". En ocasiones se precisa una analítica para comprobar los niveles de ciertas hormonas, así como para descartar otros trastornos responsables en la génesis de la disfunción.