Entrevista | Curro Carreres Director de escena de «Entre Sevilla y Triana», que se estrena el 25 de mayo en el Festival de Zarzuela

"La puesta en escena de la lírica ha actualizado y salvado el género"

"La mayoría del reparto de ‘Entre Sevilla y Triana’ es asturiano y su calidad es el producto de los treinta años de historia del festival"

Curro Carreres posa ante el decorado de «Entre Sevilla y Triana» instalado en el teatro Campoamor. | Luisma Murias

Curro Carreres posa ante el decorado de «Entre Sevilla y Triana» instalado en el teatro Campoamor. | Luisma Murias / Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Curro Carreres (Murcia, 1970) es el director de escena de "Entre Sevilla y Triana", la nueva entrega del 30.º Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo. La obra de Sorozábal es una coproducción del Campoamor con el Arriaga de Bilbao, La Maestranza de Sevilla y los Teatros del Canal de Madrid y regresa a Oviedo, donde se representó en 2016, con dos funciones, el 25 y el 27 de mayo.

–¿Qué se puede adelantar de la puesta en escena?

–Pretende poner de relieve una obra bastante desconocida, que se estrenó en los años 50 en un contexto social que ha cambiado mucho, con una mujer valiente y moderna, madre soltera, que quiere ser apreciada como mujer. Lo de la madre soltera es una tradición del teatro español, pero no como se trata aquí y menos en el repertorio lírico.

–Cuando se estrenó tendría un tono aleccionador, pero ahora puede hacer otra relectura.

–Es que la hace el propio Sorozábal, porque Reyes se pasa toda la función cantando que ella es como la Giralda, una mujer firme sobre sus cimientos. Como artistas y profesionales pertenecemos a nuestro entorno, como el público, y como mujeres y hombres tenemos que hacer una lectura actualizada y de género: estamos haciendo un homenaje a aquellas abuelas, madres, mujeres que nos precedieron, en una sociedad muy distinta a la actual. Y también me gusta revisar cómo los hombres eran víctimas de masculinidades tóxicas. Todos los personajes de la función son machistas, porque era una sociedad machista.

–La de posguerra era una sociedad conservadora que disfrutaba de los escándalos en escena. ¿Esa era su vía de escape?

–Siempre lo ha sido, el teatro siempre ha sido un reflejo de la sociedad en la que surge y una proyección de cómo le gustaría ser. El teatro hace pensar.

–¿Por qué "Entre Triana y Sevilla" se ha representado tan poco?

–Cuando se estrenó en el año 50 a Sorozábal le dieron un premio nacional de música, pero yo creo que no era una obra que gustara al pensamiento político del momento.

–¿Hasta donde puede llegar la dirección de escena en la reinterpretación de un texto dramático? ¿Qué límites se pone?

–Cada obra requiere un acercamiento distinto. Esta obra se estrenó en el 2012 y fue el estreno moderno que se estrenó en los años 50, aunque sabemos que se hizo alguna representación en este tiempo. En mis montajes siempre intento mantener la historia original, pero obras de repertorio que se han visto muchas veces admiten más opciones, te apetece contar otra cosa o potenciar una parte del mensaje original. La sociedad ha cambiado y ahora mismo nos se puede ver igual una obra en la que hay malos tratos, machismo... La puesta en escena de la lírica desde los años 70 se ha actualizado y ha salvado el género.

–Las artes escénicas, en tiempos tan tecnológicos, tienen algo de artesanal y han sobrevivido al cine, la televisión...

–Ahora tenemos el gran reto de conectar con el nuevo público de ocio digital. Yo también creo que siempre hay un público que demanda compartir un acto cultural con el público y los artistas, en una conexión personal. La cultura, y el teatro lírico, es un exponente de la cultura occidental. La capacidad identitaria del arte siempre ha estado ahí, pero hoy en día es una herramienta de difusión de nuestros valores. Yo creo que en breve habrá un rebote entre los públicos digitales. En Oviedo no, porque Oviedo en ese sentido es maravilloso, con un público activo, interesado y gente joven. Este año es el del 30.º aniversario del Festival y ya hay varias generaciones que han conocido y se han acercado a él.

–Esta función está llena de artistas asturianos.

–Yo tuve la suerte de trabajar con ellos cuando hicimos "La Revoltosa" y "Agua, azucarillos y aguardiente" y Cosme Marina, el director artístico del festival, me planteó trabajar con ellos en la reposición, y yo estoy encantado. Estamos ahí trabajando el tema de los acentos, porque los personajes son sevillanos. La calidad de los actores y los cantantes asturianos es producto de esos 30 años de Festival.

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