La familia del detenido por el crimen de Teatinos cree que "podría tener una doble vida o doble personalidad"

El sospechoso, de 35 años, fue arrestado al salir de la casa de la zona rural de Lena en la que convive con su esposa, su bebé y los suegros

La familia del detenido por el crimen de Teatinos cree que "podría tener una doble vida o doble personalidad"

La familia del detenido por el crimen de Teatinos cree que "podría tener una doble vida o doble personalidad"

"Están totalmente destrozados". Allegados a la familia de A. F. D., el hombre de 35 años detenido como presunto autor del asesinato de Tatiana Coinac, afirman que su familia política todavía trata de asimilar el arresto por unos hechos, sobre los que se abogado les ha recomendado guardar silencio. "Creen que podría tener una doble vida o una doble personalidad", confiesa un amigo.  

Este episodio supone un duro golpe más para una familia azotada por la tragedia. Al infarto sufrido en mitad de la pandemia por el patriarca se sumó el fallecimiento en pleno covid de una cuñada del sospechoso, de 43 años y madre de dos niños pequeños. "Desde entonces la madre no ha levantado cabeza", relatan en relación a un entorno familiar actualmente sumido en la desesperación total. "Son una familia muy querida y apreciada, y por eso mucha gente les está ofreciendo apoyo ante este mal trago", añaden. Las mismas fuentes apuntan a que el propio detenido habría admitido ante la Policía la autoría de los hechos.

"Parecía un buenón"

"No nos lo podemos creer, parecía un buenón; de los que no mata una mosca". El entorno de A. F. D. –el exmilitar, de 35 años de edad, detenido este lunes por la Policía Nacional en una localidad rural próxima a Pola de Lena por el asesinato "con una violencia extrema" de Tatiana Coinac el pasado 9 de marzo en Oviedo– admitió este martes estar "en estado de shock". Amigos, vecinos y familiares coinciden en calificar al detenido como "una persona muy noble y querida", incapaz de protagonizar los sangrientos hechos que acabaron con la vida de la moldava de 44 años en su domicilio de Teatinos. "Siempre estaba ofreciéndose para ayudar", coinciden varios amigos.

Según explicaron fuentes conocedoras del caso, la detención se produjo por la mañana cuando A. F. D. procedía a salir de la casa donde reside desde octubre de 2021 con su mujer, su hijo de dos años de edad, sus suegros y un cuñado. Las sospechas, sin embargo, comenzaron días antes, cuando unos desconocidos, todo indica que policías de paisano, comenzaron a dejarse ver por la estrecha carretera de acceso a la localidad de la cuenca del Caudal"Pasaron muchos coches grandes que no teníamos controlados y algún ocupante nos hizo preguntas", relató una vecina de otra localidad cercana situada a los pies de la misma carretera de acceso.

El mismo lunes, un hombre se presentó en un pueblo próximo preguntando por el lugar de residencia del investigado. "Primero me dijo el número, y como no nos cuadraba nos dio el nombre y ya le comentamos que era un chico de otro pueblo", relata un conocido del arrestado, que eleva a la categoría de "héroe" a A. F. D. "En plena pandemia le dio un infarto a su suegro y gracias a su rápida reanimación logró salvarle la vida", rememora una fuente, que califica de "muy voluntarioso" al detenido. "Siempre estaba ofreciéndose a ayudar", cuenta, poniendo como ejemplo su preocupación por un vecino aquejado de esclerosis al que solía acompañar en algunos desplazamientos por sus problemas de movilidad.

Horas después de la misteriosa visita de un agente de paisano, los rumores sobre la detención comenzaron a recorrer varios puntos del concejo. "Hubo controles policiales y de la Guardia Civil por muchos sitios", explican en referencia a un arresto preparado con tiempo y que quizás no pilló del todo de imprevisto al sospechoso. "Mucha gente lo vio el domingo votando y les extraño que se había afeitado la barba después de mucho tiempo", apunta otra lenense conocida de su familia política.

Los comentarios sobre lo sucedido ya estaban en las calles de la Pola bien entrada la tarde. A. F. D. era conocido por la condición de militar que hace un lustro, después de un ascenso a la categoría de cabo, le deparó como destino Aragón. Tres años más tarde, meses después de ser padre, el vecino, natural de una localidad mierense, llegó para quedarse al domicilio lenense de la familia de su mujer, sin dar muchas explicaciones. "Comentaba que estaba en excedencia para colaborar en el cuidado de su suegra, pero que en diciembre volvería al Ejército", señaló un amigo de la familia, muy consternado por los hechos. "Si me pinchan, no sangro", añadió.

A este respecto, fuentes de la investigación apuntan a que el varón llegó al Principado, porque habría sido apartado del Ejército, a raíz de una condena de un tribunal militar por unos hechos relacionados con un caso de abusos o violencia contra la mujer por los que habría sido denunciado por una compañera soldado a principios de esta década.

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