Tocar música hacinados, con mala acústica y entre humedades: el calvario de Oviedo Filarmonía al que se busca solución

El Ayuntamiento estudia el difícil encaje de la orquesta municipal y de la OSPA, con idénticos horarios, en las salas del Auditorio Príncipe Felipe

La orquesta ensaya con las puertas abiertas.

La orquesta ensaya con las puertas abiertas. / Irma Collín

Chus Neira

Chus Neira

No hace falta entrar en la sala donde ensayan los músicos de Oviedo Filarmonía (OFIL) para entender que el sótano del teatro Filarmónica, donde habitualmente trabajan, no reúne las condiciones adecuadas. Un estrecho pasillo de entrada con escaleras muy empinadas da la bienvenida y otro de parecidas dimensiones bordea el espacio principal lleno de cajas de instrumentos. No cabe uno más. Hace un año se incorporó un nuevo contrabajo a la plantilla y no se pudo adquirir la funda metálica habitual para transportar este tipo de material porque no hay sitio donde ponerla. Es solo un ejemplo que ilustra la precariedad en la que trabaja la sinfónica municipal, que cumple 25 años y acaba de ser reconocida con la medalla de plata de la ciudad. El alcalde, Alfredo Canteli, anunció este martes en el Pleno que habilitará una sala de ensayos en condiciones en el Auditorio para resolver todos estos problemas.

En el interior de la sala, los músicos tienen que ensayar con la puerta abierta por los problemas de temperatura que se generan si la cierran. No solo la acústica es muy mala, el problema con las puertas obliga a la plantilla a tener que escuchar todo tipo de ruidos que se generan en las salas anexas. Llega un repartidor a entregar algo, suena un teléfono...

La situación se ha ido intentando resolver desde que la Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo (OSCO) se metió en estos bajos. Allí sufrió una inundación a la que luego siguió una gran reforma del teatro, pero en la actualidad los deshumidificadores permanentemente en marcha en las salas de archivo y espacios de almacén muestran que el problema de las filtraciones y el agua sigue presente.

A la izquierda, las cajas apiladas en el pasillo y el deshumidificador en la sala de archivo. A la derecha, las escaleras de acceso al sótano.

A la izquierda, las cajas apiladas en el pasillo y el deshumidificador en la sala de archivo. A la derecha, las escaleras de acceso al sótano. / Irma Collín

La falta de espacio también es grave. Los músicos necesitan tarimas y mamparas para que, por ejemplo, una trompeta no reviente la cabeza al violinista que tiene delante. Pero los techos no son demasiado altos. Un percusionista, los que se ponen al fondo, podría tocar el techo si levantara la mano. En esas circunstancias, son ya varios los directores invitados que se han quejado de las condiciones cuando han tenido que estar metidos en el sótano preparando los conciertos.

El Ayuntamiento es consciente de la situación. La OFIL no es jurídicamente una entidad municipal (depende de la fundación musical «Ciudad de Oviedo», en cuyo patronato no está representado el gobierno local) pero sí lo es a todos los demás efectos. Fue Gabino de Lorenzo quien la puso en marcha para dar apoyo, principalmente, a la temporada de Zarzuela y desde entonces ha ido creciendo hasta compartir con la OSPA las funciones de la ópera de Oviedo y ejercer como pilar de la temporada musical de la capital.

En los últimos meses, a la OFIL se le han enseñado algunos locales, pero ninguno reunía las condiciones adecuadas de altura, acústica, tamaño... Solo el Palacio de los Niños, que también se barajó, podría adaptarse, pero las obras de adecuación resultarían excesivamente caras. Ahora, Canteli ha anunciado que el nuevo local de ensayos será en el Auditorio. Fuentes municipales indican que esta solución parte de la orquesta, aunque en el entorno de la formación desconocen los detalles.

El problema de encajar a la OFIL en el Auditorio es el difícil encaje con la OSPA. La orquesta sinfónica del Principado de Asturias tiene su sede en este recinto, y ocupa la sala principal para sus ensayos de lunes a jueves, todas las mañanas y algunos días parte de la tarde. El horario es prácticamente coincidente al que tienen los músicos de la OFIL. De esta forma, la solución solo puede pasar por buscar otro espacio o cambiar el horario a una de las orquestas. Esta segunda opción tiene sus inconvenientes pues por las tardes el Auditorio suele tener actividades previas a los conciertos.

En el primer caso, el destino natural para la OFIL (55 músicos), más reducida que la OSPA (66 músicos) sería la sala de Cámara. Pero también hay problemas con esta ubicación. Los techos son muy bajos, difícilmente se podrían encajar las tarimas y parece complicado que toda la orquesta quepa en ese escenario. Además, las condiciones acústicas del Auditorio serían un problema añadido, pues en teoría es incompatible que dos orquestas estén trabajando a la vez en una y otra sala. El sonido se colaría de uno a otro lado y resultaría imposible organizar un ensayo en condiciones.

De momento, el Ayuntamiento indica que los técnicos estudian el encaje y no da más explicaciones. Canteli también se refirió a las obras, pero la adecuación del Auditorio a la normativa de incendios no parece que vaya a incluir modificaciones sustanciales de estas salas que, por otro lado, están diseñadas con una acústica determinada que complica también cualquier tipo de intervención.