Claves psiquiátricas tras la decapitación de Ribera de Arriba: "un caso aislado", pero... ¿pudo fallar el sistema de salud mental?

Los especialistas inciden en que la tasa de criminalidad es mucho mayor entre las personas sin dolencias que entre pacientes psiquiátricos y hablan de la alta probabilidad de un brote psicótico temporal y un trastorno esquizofrénico

Claves psiquiátricas tras la decapitación de Ribera de Arriba

Claves psiquiátricas tras la decapitación de Ribera de Arriba / LNE

El atroz crimen acontecido en la noche del pasado lunes en Ribera de Arriba se debería a un brote psicótico temporal. Con los hechos conocidos hasta ahora encima de la mesa, es la explicación que ven más posible los psiquiatras consultados por LA NUEVA ESPAÑA. Es la forma de explicar por qué un hombre de 46 años decapitó a su propio padre y lanzó su cabeza contra los coches que circulaban por una rotonda de Soto de Ribera. Los especialistas se preguntan si el presunto agresor, dada su edad, ya había dado indicios de enfermedad mental con anterioridad. "Es raro que no hubiese dado pistas previas. Lo normal es saber si hay un trastorno con 20 años de edad, aunque siempre existen excepciones", coinciden algunos de los mayores expertos en Psiquiatría del Principado.

El presunto agresor de la rotonda de Ribera de Arriba, según lo que se conoce hasta ahora, tampoco estaría bajo los efectos del alcohol o las drogas. Algo que según los psiquiatras también favorecería la aparición una conducta psicótica como la que derivó en el crimen. Lo que sí es habitual es que las víctimas de este tipo de agresiones sean las personas más próximas a los que experimentan el brote. "Casi siempre es el familiar más cercano el que sufre este tipo de ataques", remarca Manuel Bousoño, profesor de Psicología Médica y Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo. En este caso, el desenlace fatal fue para el padre, un septuagenario con el que compartía vivienda en la aldea de El Picón, situada justo encima de la glorieta donde sucedieron los hechos.

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Agencia ATLAS

Los expertos en psiquiatría definen un brote psicótico como una ruptura de la realidad temporal asociada a una enfermedad que se caracteriza por alucinaciones y delirios. Julio Bobes es catedrático y jefe del servicio de Psiquiatría del HUCA, donde permanece ingresado el agresor. Afirma que, aunque "aún no se puedan hacer valoraciones categóricas", todo apunta a que se trata de "un paciente con una alteración mental de reciente aparición".

El parricida de El Picón, por lo que se conoce hasta el momento, no figura en los registros del sistema de salud público ni privado y los primeros testimonios apuntan a que sus vecinos no percibieron nada extraño en su comportamiento hasta la trágica noche del lunes. "La psicosis suele estar promovida por el alcohol y las drogas, pero en este caso parece venir de dentro. Es lo que nosotros definimos como un comportamiento endógeno", explica Julio Bobes.

De izquierda a derecha, Julio Bobes, Manuel Bousoño y Ángel García Prieto.

De izquierda a derecha, Julio Bobes, Manuel Bousoño y Ángel García Prieto. / LNE

Por su parte, Manuel Bousoño apunta a un trastorno esquizofrénico como la causa del crimen. "Percibió una realidad deformada y, por la edad que tiene, podría llevar un tiempo descompensado mentalmente. Puede haber pensado que su padre era el demonio", señala este especialista. Bousoño compara este comportamiento tan brusco con el del hombre que degolló a un niño en un parque de Gijón en 2004. "Son cosas que impactan mucho y no te esperas nunca. Pero esas personas son una olla a presión que un día revienta por dentro", añade. No obstante, a este psiquiatra le apena que este tipo de sucesos estigmaticen a aquellos que padecen esquizofrenia: "Casos como este son aislados. Solo una minoría se comporta así. Hay una tasa de criminalidad mucho mayor en las personas que no tienen una enfermedad mental que en las que sí la padecen".

El agresor, por lo que se conoce hasta ahora, no está en los registros del sistema de salud

Ángel García Prieto, doctor en Medicina y siquiatra en Oviedo, va en la misma línea que su colega. "Esa conducta parece ligada a una crisis esquizofrénica, pero es extraño que no hubiese un aviso previo. No es normal que su primer brote sea una conducta así de arrebatadora", remarca. Los motivos del brote pueden ser varios. García Prieto valora la posibilidad de que se deba a un tumor interno. "Lo que está claro es que el parricida tuvo una crisis psicoorgánica o epiléptica que lo convirtió en una persona endemoniada. Una voz le habría dicho que matase a su padre y le cortase la cabeza", sopesa. También indica que este tipo de conductas se deben a veces a una gravísima depresión que provoca una agresividad momentánea como la del crimen, aunque los testimonios de allegados y vecinos no parecen apuntar a esta posibilidad.

¿Pudo evitarse la tragedia? No hay consenso entre los especialistas consultados. Julio Bobes: "El sistema de Salud Mental llegó tarde y debe mejorar. Su saturación con problemas más leves no debe servir como excusa", defiende. En cambio, Manuel Bousoño y Ángel García Prieto ven muy complicado que se hubieran podido tomar medidas preventivas. "Son situaciones críticas de un momento a otro. Es difícil prevenirlo si no demostró antes nada", coinciden.

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