Crítica / Cine concierto

Intenso ASMR conceptual

Pablo Laspra

Pablo Laspra

El pasado viernes tuvo lugar la inauguración de la novena edición de SACO, promovida por la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo en su deseo por incorporar eventos y representaciones novedosas y actuales; y claramente esta lo ha sido.

Intenso ASMR conceptual

Intenso ASMR conceptual / Pablo Laspra

Quizás induce al error, como el propio artista reconocía en el libreto de actividades, tildar el evento como una representación que "pone música" a un film ya que, conceptualmente, lo representado distaba bastante de musicar un audiovisual en el estilo habitual. Basándonos en este precepto, no debemos focalizar en la proyección, sino en la propia representación artística del Niño de Elche, que era en esencia el mayor exponente artístico del evento.

Y es que acudir sin presuponer lo que se va a ver es lo que puede llevar a equívoco: conceptualmente el evento fue redondo, surrealismo en estado puro tanto visual como auditiva y escénicamente. ¿Agradable? Eso ya entra en la percepción del espectador, pero es que no tiene por qué serlo. El concepto de artista y de obra artística son, en esencia, representaciones que generan una respuesta en el público que presencia la obra. La intencionalidad estaba ahí, el lenguaje vehicular artístico también, y el público la recibió con diferentes percepciones y respuestas.

Es una representación artística arriesgada pero sólida, y bien enfocada en el acto que era. Varios asistentes comentaban si la ciudad está preparada para este tipo de representaciones. En ciudades cosmopolitas no habría duda, y en el Oviedo actual creo que tampoco; la ciudad está acostumbrada a bocados artísticos mucho más predecibles por lo tradicional (estéticamente hablando) de los mismos. Pero una ciudad actual debe estar preparada para el arte conceptual y contemporáneo, siempre y cuando se enmarque desde la perspectiva adecuada, y que esta vertiente no sea pilar único y fundamental, sino parte de un entramado artístico rico y polifacético. Quien esperara ver flamenco acompañando imágenes se habrá llevado una desagradable (o no) sorpresa; pero quien lo vea desde la perspectiva de lo que en esencia es, un surrealismo y serialismo puros, habrá disfrutado de esta intensa sesión de ASMR (sonidos para provocar una respuesta sensorial) en la que la sexualidad y la necesidad de generar una sensación de desasosiego llegaron a niveles cumbre. Los jadeos, gritos, ruidos son sólo vehículos para el ASMR como lo son las melodías y las armonías concretas para la música más tradicional. Ambas expresiones artísticas buscan generar respuesta en el espectador, y así ha sido en esta ocasión, con diferentes y distantes resultados.

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