Juan Álvarez resucitará en consistoriales

La primogenitura mercadea con lentejas, lo dice el Libro Sagrado por antonomasia y fuerza fanática impregna la historia sazonada de machismo hasta en el derecho consuetudinario asturiano (mayorazgo o, caso catalán, el hereu) y también en la aún pervivencia constitucional de la Corona. Zoología y Botánica suelen condicionar, Darwin dixit, aunque el pueblo y la alta jurisprudencia ya corrigen desafueros ancestrales. En casos, sin embargo, hijos o hijas son dignos de la labor de padres o madres predecesores.

Tenemos pronto elecciones y hay candidato hijo de entrañable alcalde de Vallobín, mantenedor callado de esencias democráticas, mientras otro aspirante a concejal lleva mismo nombre y primer apellido de Juan Álvarez, uno de los mejores ediles con que contó Oviedo en milenaria historia, gran responsable de que La Florida sea hermosa realidad urbanística. Por cierto, no comprendo carezca de placa donde propusimos Jaime Reinares y yo. Otra cosa es idoneidad, que no asumo, del ferial que mal pretenden ahí.

La placa debería colocarse antes de mayo cuando en las consistoriales resucite a la política-administrativa el honorable ciudadano de ese nombre.

Juan Álvarez Jr., ingeniero de minas como su progenitor, será, a no dudar, ético representante vecinal, que bien nos merecemos los ciudadanos, luchador generoso en Salvemos La Vega.

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