El Zaragoza llega al Tartiere en una situación muy diferente a la de los azules. Los maños navegan en la mitad de la tabla, son 13.º, pero aún no tienen la salvación en el bolsillo. Solo le sacan cuatro puntos al 19.ª clasificado, el Nástic. En un club con una masa social tan importante y con una exigencia marcada, la campaña suena a fracaso. De hecho, Laínez, el actual entrenador, es el tercer ocupante del banquillo este curso después de los despidos de Milla y Agné. La presión que recibe el conjunto maño hace que la comparación con el Oviedo parezca inevitable. "Jugamos contra un rival que es lo más parecido al Oviedo en Segunda, un club con mucha exigencia que lleva dos años pasándolo mal. El sábado se verá a dos equipos tensionados al máximo y tenemos que ser más fuertes", defiende Erice. Para el navarro, "ya no se vive de sensaciones pero hay que ganar y dar un golpe de autoridad. Contra el Elche y el Valladolid, en los malos momentos, fuimos capaces de cambiar".