Invasión asiática en El Requexón entre un centenar de aficionados azules: así fue la jornada de puertas abiertas

Un centenar de aficionados, algunos asiáticos llegados de la mano de la Fundación Real Oviedo, siguen el entrenamiento de los de Cervera

Los escasos metros que van desde los vestuarios del Oviedo en El Requexón al campo número 4 de entrenamiento parecían ayer una carrera de obstáculos para los jugadores azules, que recibieron el calor de un centenar de hinchas.

El club abrió el entrenamiento aprovechando la semana festiva y El Requexón se llenó de jóvenes hinchas del Oviedo que pudieron saludar a sus ídolos. Borja Sánchez fue el más solicitado por los fans, alrededor de un centenar. Muchos llegaron desde diferentes puntos de España, como Hugo Álvarez, que fue desde Tarragona con su padre. Pero lo más llamativo de la mañana fue sin duda la presencia de varios niños asiáticos, procedentes de Kazajistán y Kirguistán, nacidos entre 2005 y2019 (entre 12 y 18 años), que siguieron bien atentos las indicaciones de Cervera, técnico del Oviedo, en la grada de El Requexón. En total, había tres niños y otros tres monitores kazajos y 9 chavales y un monitor kirguises. La expedición asiática se encuentra en la ciudad de la mano del Fundación del Oviedo. Muchos entrenan en las categorías inferiores del Oviedo y el club aprovechó ayer para que conociesen El Requexón.

Alfarabi Baigabulov, joven natural de Astaná, la capital de Kazajistán, vive en Cádiz y se mostraba feliz por estar en Oviedo. "Estuve en el Tartiere ante el Eibar y fue una pasada. Estaré aquí diez días y quiero conocer todo", aseguraba el joven, encantado con la gastronomía ovetense y, sorprendentemente, con la buena "carne de pollo" de Oviedo. "Desde hace un año y medio estamos haciendo mucho trabajo con el área internacional, en el último año y medio trajimos a chicos de 43 países diferentes. Estamos encantados de tener aquí a estos chavales, algunos participan en la Oviedo Cup y viven una experiencia muy buena. Para muchos es su primera vez en Europa, viven otra cultura y pueden conocer la ciudad. Ya estuvimos en el casco histórico y aprovechan para aprender español. Para ellos es una experiencia única", explicó James Harriman, responsable de proyectos del área internacional del Oviedo. Bakhadir Satibaldiyev, uno de los monitores, decía que la experiencia "es buena y nueva para nosotros y a los chicos les hace mucha ilusión".

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