El análisis del Leganés: El balón parado, un diamante en bruto para los pepineros

El Oviedo deberá dar con la tecla para que el conjunto pepinero no genere peligro desde los costados en el Tartiere

Paulino y Chicco

Paulino y Chicco / Área 11

Joaquín A. Cuesta

Joaquín A. Cuesta

Cuenta la leyenda que si das una patada a una piedra en Madrid aparece un nuevo equipo de fútbol. Y no de los que se pueden considerar mediocres, no. De hecho, la capital alberga en su interior seis equipos dentro de las dos categorías de fútbol profesional. Hay años en los que incluso hubo más. Cuatro de ellos están en Primera: el todopoderoso Real Madrid, el Atleti, el Rayo Vallecano y el Getafe. Y puede que el quinto no se demore mucho en llegar. Al menos, lleva buen camino para lograrlo.

El Real Oviedo se verá de nuevo las caras hoy a las 18.30 horas contra el Leganés, líder de la Segunda División y equipo que se posiciona como el primero con la mayor cantidad de goles provenientes de saques de esquina, con un total de siete, y la máxima eficacia en la conversión de goles originados en jugadas a balón parado, con un impresionante total de 16. En la primera vuelta ninguno de los dos equipos fueron capaces marcar en el Municipal de Butarque.

Una temporada soñada para los madrileños en la que parece que su técnico, Borja Jiménez, ha sabido dar con la tecla para que el conjunto pepinero sobresalga dentro de la categoría de plata. Ya llegó fogueado. Jiménez ascendió en dos ocasiones a Segunda con el Mirandés y el Cartagena y diputó un play-off con el Deportivo de La Coruña para intentar lograr su tercer ascenso a Segunda División, aunque fracasó contra un gran Albacete. Ahora maneja al conjunto del sur de Madrid, líder con 45 puntos, seis más que el segundo clasificado, el Sporting. Es, además, el equipo menos goleado de la categoría, habiendo encajado únicamente 15 goles, y solo ha lamentado dos derrotas fuera de su feudo. El conjunto azul buscará hoy en el Tartiere conseguir infringirle la tercera para poder meterse en puestos de play-off y acercarse un poco más al ascenso directo.

El Leganés es un equipo que suele jugar con un 4-2-3-1 y que acostumbra a salir a presionar. Los de Jiménez tienen la orden de jugar en campo rival y de asfixiar a sus contrincantes con el objetivo de que no superen la línea de medio campo. Otra de las cosas que caracteriza al conjunto pepinero es el buen físico del que dispone para reponerse tras una pérdida de balón. Un equipo que juega en largo, con carrileros veloces y extremos que son capaces de rematar balones puestos desde las bandas, una de sus especialidades. En definitiva, un estilo de juego con bastante similitud al de Luis Carrión, entrenador del Oviedo.

Otro aspecto en el que se parecen a los azules, o los azules a ellos, es en las jugadas a balón parado, especialidad aquí de Colombatto y allí de Francisco Portillo y de Dani Raba, los dos máximos asistentes del conjunto blanquiazul. Este último lleva siete goles en Liga, segundo de su equipo tras los ocho de Miguel de la Fuente –que se perdió varios partidos desde diciembre una operación de rodilla– y cuatro asistencias de gol. Portillo lleva seis, una gran gesta que le complicará las cosas a los de Carrión para defenderse de las jugadas a balón parado.

En defensa, el equipo madrileño sufre alguna que otra carencia a la hora de realizar un repliegue, pero por lo general, es el mejor equipo de la competición en su propio campo. Los números lo reflejan: solo ha encajado quince goles en lo que va de temporada frente a los 36 que ha anotado. Una buena noticia para los carbayones. Son el tercer equipo que menos tantos han sufrido por detrás de los pepineros y de sus vecinos de Gijón, que están a tan solo un gol.

Un equipo fuerte el de Madrid, que, de seguir así, será uno de los conjuntos candidatos a subir de forma directa, aunque no será un camino de rosas. En Segunda, de un día para otro pueden cambiar totalmente las tornas. Y si no que se lo pregunten a la afición azul.