Muere Alarcia, portero del Oviedo en los 60: "Vuela alto, Kabutxi"

"Vuela alto, Kabutxi". Así despidieron quienes conocieron a Rafael Álvarez Alarcia (Santander, 1938), mítico portero de los años sesenta del Oviedo, que falleció en Irún el lunes, a los 85 años de edad.

Alarcia, como era conocido en la capital asturiana, fue guardameta azul durante seis temporadas en las que jugó 77 partidos, desde 1961 hasta 1967, año en el que se marchó cedido a Zaragoza, equipo que se hizo con sus servicios y donde se hizo dueño de la portería durante cuatro años. De allí viajó a Mallorca, donde cuajó una temporada e hizo las maletas rumbo a Vigo, donde desempeñó sus "magníficas paradas" durante tres campañas más. Su último año fue en el Alavés, ya cerca de Irún, su tierra de adopción.

Alarcia, nada más recalar en Oviedo, y debido a la fuerte competencia en la portería con Pedro Caldentey Bauzá, arquero balear, fue cedido al Langreo, donde logró el ascenso a Segunda División. "Era un tipo muy callado y prudente, pero muy amigo de sus amigos", dice Juan Mesa, portero del Oviedo que coincidió en el conjunto ovetense durante cuatro temporadas con Alarcia.

Ambos guardametas tuvieron que rotar en la portería. "Éramos los dos muy buenos. Hacía grandes paradas. Él jugaba cuando yo me iba cedido y yo jugaba cuando él se lesionaba. No hubo mucha rivalidad", indica sobre su recién fallecido amigo. "Vuela alto, Kabutxi", dice en un momento de la conversación un emocionado Mesa. "Así le llamaban en el colegio cuando era pequeño, en Irún, donde llegó desde Santander con ocho años. En Oviedo lo empezaron a llamar Alarcia porque ya había tres Álvarez dentro del equipo y lo de Kabutxi sonaba raro en Asturias. Él siempre dijo que en el campo, cuando escuchaba Alarcia, atendía sin más, pero que cuando escuchaba Kabutxi ya sabía que el que le llamaba era del pueblo", cuenta Mesa.

Otro jugador que compartió vestuario con "Kabutxi" fue Miguel Iguarán, centrocampista azul durante seis temporadas, con el que Alarcia hizo muchas migas. "Los dos éramos vascos. De aquella había muchos guipuzcoanos en el Oviedo y hacíamos ‘cuadrilla’. Recuerdo que alguno que otro no se atrevía a hablarnos mucho y se limitaban a escuchar, porque éramos mayores", rememora con gracia Iguarán. Recuerdo que comparte Mesa, uno de los jóvenes debutantes que guardaba silencio ante ellos. "Aquella de Oviedo fue una época bastante bonita. Cada vez que echo la vista atrás para recordar mi etapa como futbolista me viene mi imagen con la elástica azul y la cara de mi gran compañero Alarcia", interviene Iguarán.

"Como él vivía en Irún y yo en San Sebastián, solíamos ir juntos a Donosti en mi coche cuando teníamos algún puente o algún día libre". "Siempre con permiso", ironiza Javier Elósegui, actual presidente del Lobas Global Atac Oviedo de balonmano y ex jugador del Oviedo entre 1965 y 1970. "Coincidí con Alarcia en las temporadas 65-66 y 66-67. Aparte de ser compañeros, teníamos bastante trato al ser los dos guipuzcoanos, al menos de adopción", comenta.

"Aparte de compañero, era un gran amigo. Estaba ya delicado desde hace muchos años. Era una noticia que esperábamos, pero que nos ha dejado muy tocados", reza José Quirós, otro de los coetáneos de Alarcia en el Oviedo, que asegura que "será una pérdida difícil de superar".

Unos días difíciles entre los porteros españoles de aquellas épocas en las que al fútbol se iba de traje y se fumaban puros. Alarcia falleció apenas unas horas antes que Miguel Ángel González Suárez, más conocido como Miguel Ángel, mítico portero del Real Madrid entre los años 70 y 80, que murió ayer a los 76 años.

La familia de "Kabutxi" ruegan a sus amistades que encomienden su alma a Dios y asistan a los funerales que se celebrarán este miércoles, día 7 de febrero, a las 18 horas en la iglesia parroquial de Pasionistas, en Irún (Guipúzcoa), por todo lo cual "les quedarán muy agradecidos".

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