"La Pixarrina" era una pionera: "Era una persona buena, amable y cercana"

En casa del herrero, cuchillo de palo. Eso fue seguro lo que pensó Ana Isabel Fernández cuando descubrió que a su nieto Álvaro no le gustaba el fútbol. ¿Cómo podía ser que una mujer que ayudó a fundar una de las peñas más queridas de Oviedo pudiese tener un familiar antifútbol? La vida es así.

Fernández (Oviedo, 1949), una de las peñistas más queridas por todo el oviedismo, falleció hace una semana a los 74 años de edad. En 1998 fundó junto a su amiga María del Puerto la Peña Azul La Regenta, una peña solo de mujeres. Porque vieron que no había ninguna, pero sobre todo, para ayudar a borrar la idea de que el fútbol es solo cosa de hombres.

Sea por ser mujeres o por su naturalidad, el caso es que futbolistas y personalidades de la entidad azul fueron siempre en masa a las fiestas organizadas por dicha peña, en la que solían entregar trofeos anualmente. Además, ellas se reunían para cenar semanalmente en la sidrería La Perdiz y viajaban por todo el territorio nacional allí donde fuera el club azul.

Fernández tuvo siempre en su mente el ejemplo de La Pixarra y parecido afán puso en el apoyo a su club del alma, el Real Oviedo.

Su afición por el balompié comenzó cuando Fernández tenía penas 16 años. Conoció a Tino Fraile, ocho años mayor que ella, y se enamoró perdidamente. Se casaron dos años más tarde. Él era futbolista, y jugó en varios equipos importantes del panorama regional, como el Astur o el Cornellana. A ella nunca le habían interesado los deportes, pero iba a ver a su querido marido a cada campo en el que jugase y allí comenzó su pasión por el fútbol. Siempre fue muy del Oviedo, por lo que decidió apuntar a toda su familia a la peña Herrero. Se patearon todos los campos de España y vieron al Oviedo en sus años dorados. "Era una mujer terriblemente buena, amable y cercana. Por eso todo el mundo la quería tanto", comenta su hija, Sara Fraile.

"La Pixarrina", como la conocían sus allegados, se desvivió en cuerpo y alma desde la presidencia de la Peña La Regenta para animar al Oviedo desde el corazón. Por eso, entre otras cosas, esta organización llegó a tener 66 socias.

La noticia de su fallecimiento entristeció a muchos. Fernández era una persona a la que conocía la mayoría de la gente que disfrutaba del ambiente de las previas de los partidos, tanto en el Tartiere, como fuera. Ahora, esta agradable peñista tendrá que animar al Oviedo desde el cielo, y si lo hace con su habitual empeño seguro que el conjunto azul consigue en poco tiempo cosas grandes.

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