El bar de Lugones que resiste todas las crisis: así es la cafetería Covadonga, donde "para gente de toda la vida"

El establecimiento de Siero, abierto en 1979, sigue regentado por la misma familia, los Pereira Prado, y mantiene la misma estética, parte "del atractivo que tiene"

Luis Pereira, María Cristina Prado y Andrea Pereira detrás de la barra de la cafetería "Covadonga".

Luis Pereira, María Cristina Prado y Andrea Pereira detrás de la barra de la cafetería "Covadonga". / Sara Arias

"Covadonga" es la cafetería más antigua de Lugones, en Siero. Y no ha cambiado nada desde su inauguración en 1979: tan solo el techo fue sustituido para insonorizar la sala. El local sigue igual que siempre, con la misma barra, mesas y sillas, la decoración y hasta las cortinas que lució el día de su apertura. También continúa al frente la misma familia que lo regenta, que alcanza ya la tercera generación. Y para ellos, los Pereira Prado, haber mantenido la estética es una de las claves de su éxito, ya que es uno de los templos hosteleros de la localidad, por donde han pasado muchos vecinos y familias desde hace 44 años. "Mantener ese rollo de los cafés de los setenta es el atractivo que tiene y creo que también porque sigue en manos de la misma familia", comenta Luis Pereira, segunda generación en la cafetería junto con su hermano Benito y su sobrina, Andrea.

La cafetería "Covadonga" abrió sus puertas de la mano de Álvaro Vigil Hortal, quien a los seis meses decidió traspasar el negocio al que era su camarero, Benito Pereira, padre de Luis, quien junto con su esposa, María Cristina Prado, pusieron a funcionar el establecimiento con una cocinera y tres camareros. "Mi madre estaba embarazada de mí cuando vinieron para aquí, muchos clientes me vieron nacer, me tenían en el cuello, y siguen viniendo, también sus hijos y ahora los nietos", señala.

Benito Pereira, en los años setenta del siglo XX, tras el mostrador de su negocio.

Benito Pereira, en los años setenta del siglo XX, tras el mostrador de su negocio. / R. S. A.

El matrimonio trabajó duramente durante dos décadas, sacando adelante el negocio y a sus tres hijos. Con el tiempo "Covadonga" se convirtió en parada obligada en Lugones `para disfrutar de un buen café, el vermú o unas copas en la tarde-noche". "Fue también lugar de reunión para grandes empresarios de la zona como Luis Rodríguez, de MasyMas, Miguel Prado, de Promociones Lugones, y muchos otros directivos de empresas asturianas, que encontraban en el negocio un lugar donde tratar asuntos de importancia en un ambiente distendido. "Muchos de los grandes empresarios asturianos son clientes nuestros, el mundo empresarial se movió mucho siempre aquí", destaca.

Con el paso de los años, los dos hijos mayores de la pareja, Benito y Luis, se integraron en el negocio de cara a la jubilación de sus padres. "Nunca tuve duda, quería seguir con la tradición, el sitio me gusta, el trabajo me gusta y el negocio está muy arraigado en nosotros, tanto que Andrea, la hija de mi hermano, lleva ya seis años trabajando aquí". Fue su padre quien les enseñó todo lo necesario para regentar el local, desde cómo preparar un café a llevar la facturación y contabilidad. "Todo", incide Pereira. También les instruyó en las buenas formas, ser amables y buenas personas. Y eso es otra de las claves del éxito de la cafetería.

Benito Pereira prepara un café en los años ochenta del pasado siglo XX.

Benito Pereira prepara un café en los años ochenta del pasado siglo XX. / R. S. A.

En la década de los setenta del pasado siglo, cuando se inauguró el negocio, había otros dos cafés en Lugones, "El Pilar" y "Lorean", ambos ya desaparecidos. Solo resiste "Covadonga" y eso que ha tenido que afrontar varias crisis económicas que han superado con esfuerzo y ahorros. "La crisis de 1998 que le tocó a mi padre fue muy gorda, luego la de 2008 difícil y la de la pandemia fue dura de llevar, no sabías cuándo ibas a abrir ni en qué condiciones, fue complicado pero gracias a las ayudas del Principado y del Ayuntamiento de Siero, que nos ayudaron muchísimo, pudimos aguantar".

Pese a los envites de la situación económica, en el café "Covadonga" mantienen los precios para cuidar a la clientela, para ganar un poco de muchos y no un mucho de pocos, dice Pereira. "A un obrero que viene todos los días a tomar el café y pincho no le puedes enjaretar 3,5 euros todos los días, cobramos lo justo, nos gusta estar pendientes de la gente". La cafetería abre a las siete de la mañana para los desayunos, a mediodía son las cañas y vermús y por la tarde-noche, copas. "Es algo tranquilo, de parejas, para estar sentados disfrutando de un buen ambiente", dice. Abren todos los días de lunes a viernes y nunca cierran antes de la una de la madrugada. Solo los sábados de agosto que no coincidan con las fiestas del Carbayu y Santa Isabel.

Benito Pereira, al teléfono en la cafetería "Covadonga".

Benito Pereira, al teléfono en la cafetería "Covadonga". / R. S. A.

"El trabajo es complicado, más que eso es esclavo porque echas muchas horas al año pero también tiene su parte guapa, estás con la gente", sostiene Pereira. El próximo año el establecimiento hostelero cumplirá 45 años de actividad "con mucho orgullo porque no todo el mundo llega y somos la cafetería más antigua de Lugones". Y piensan ir, por lo menos, a por otros 45 más ya que los lugonenses siguen entrando por la puerta del local día a día. "Creo que nos tienen mucho cariño, llevan toda la vida parando aquí y ven a la misma gente detrás del mostrador, eso influye", concluye Pereira.