Gijón, María IGLESIAS

A la cabeza del cine experimental europeo, los directores alemanes Matthias Müller y Christoph Girardet defendieron ayer el metraje de apropiación -técnica que consiste en utilizar la filmografía de otros directores para crear un proyecto personal- como un proceso creativo para convertir esas películas en «algo diferente».

«Es un tema sensible, en Alemania es legal y no choca con los derechos de autor, pero sabemos que corremos un riesgo», explicó Müller. «Es muy importante para nosotros saber que fuimos una generación educada en la tele, en aquel entonces yo vi una realidad que no era la mía y quise apropiarme de esa realidad para volver a lanzarla al mundo», dijo Girardet en referencia al metraje de apropiación. En cuanto a la utilización que hacen de ese material, Müller aseguró que «no existe una fórmula concreta: no es un medio para volver a ese trabajo ni para liberarlo». «En ocasiones hay una crítica implícita y a veces tenemos que distanciarnos de ese material con el que trabajamos», añadió.

Los cineastas, que llevan colaborando juntos diez años, comparten los mismos gustos a la hora de trabajar. Según Müller, «el proceso creativo es el mayor desafío, pero también una fortaleza». «Christoph es muy hábil en tecnología digital, yo tengo otras cualidades», bromeó el alemán, quien considera la colaboración entre ambos como «algo natural».

Ambos directores acuden al 47.º Festival Internacional de Cine de Gijón, que les rinde homenaje con una retrospectiva que abarca 18 títulos, para presentar algunos de sus trabajos más destacados. «Es la primera vez que venimos a España para dar a conocer una retrospectiva tan rica», confirmó Girardet.

En Alemania sus obras son expuestas tanto en salas de cine como en centros de arte, un hecho que les lleva a «otro tipo de reflexión», según explicaron. «Nuestro trabajo aparece dentro de un marco artístico: en galerías, museos, o salas de cine. Estas entidades cuidan mucho nuestro trabajo», aclaró Müller. Ambos, que beben de influencias del cine experimental y del arte contemporáneo, confesaron ayer que «no somos unos cinéfilos, ni unos maniacos del cine», ya que «nos interesamos por la pintura, la literatura o la fotografía».