La Rosa Narcea tiene futuro como fragancia, confirman los especialistas: “Estará en la alta perfumería”

“Costaba creer que hubiera algo en la naturaleza aún sin descubrir”, dicen los expertos sobre la flor que recuperó el CSIC en Asturias, cuyo aroma “será distinto y lo diferente atrae”

Val Díez, vicepresidenta de la Academia del Perfume.

Val Díez, vicepresidenta de la Academia del Perfume. / A. Rubiera

A. Rubiera

A. Rubiera

En los ambientes perfumísticos nacionales e incluso internacionales “hay mucha convicción de que la Rosa Narcea –recuperada en Asturias por la científica canguesa Carmen Martínez– puede ser interesante”. Lo dice Val Díez, vicepresidenta de la Academia del Perfume de España y directora general de Stanpa, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética. “Es algo –asegura– que no existía hasta ahora y que aporta valor al mundo de los perfumes. Hay que ver cómo se reproduce, cómo se hace escalable como negocio y cómo se puede multiplicar para que tenga interés industrial. Pero todos los pasos que se han dado hasta ahora nos han llevado siempre por la buena dirección”. “Si la Rosa Narcea hace lo que tiene que hacer, y todo parece que sí, estará en la alta perfumería”, remata.

Díez lleva más de tres años siguiendo y colaborando en el proyecto de recuperación de la Rosa Narcea, una flor antigua, única, muy fragante y con alto contenido en aceites esenciales. El proyecto lo impulsa Carmen Martínez, investigadora de la Misión Biológica de Galicia, del CSIC, que se empeñó y creyó en la singularidad de un rosal que está plantado al menos desde hace casi dos siglos en el jardín de su casa en Carballo, en Cangas del Narcea, de ahí el nombre. Martínez y su equipo ya han documentado genéticamente la rosa, han multiplicado ese único rosal y están en fase de llevar la plantación a niveles de viabilidad económica. Este mismo mes de abril dieron un salto más: obtuvieron los primeros capullos de rosas desarrolladas en el laboratorio, lo que permitirá multiplicar su producción.

El proyecto que los investigadores del CSIC describen con emoción aún muestra más solidez cuando se contrasta con los expertos del sector del perfume. “La Rosa Narcea es de gran interés para nuestra Academia. El sector está pendiente de lo que se está haciendo en Asturias”, insiste Val Díez. Y ratifica la idea aclarando, además, que ese interés se lo ha tenido que ganar el proyecto, ya que de partida el escepticismo ante la recuperación de una especie vegetal era muy grande. “Incluso a los entendidos les costaba creer que hubiera algo en la naturaleza sin descubrir. Lo que escuchabas era: ‘Imposible, seguro que no es única. ¡Si hay más de 10.000 rosas en los catálogos!”’. Pero resultó que sí. La genética, apunta, “nos enseñó, con rigor científico”, que se trata de un híbrido antiguo natural de la Rosa Centifolia, empleada como ingrediente en perfumería, y de la Rosa Gallica, prácticamente desaparecida, que era muy apreciada por sus múltiples propiedades cosméticas, medicinales y gastronómicas.

“Osea, que de verdad es una variedad que no existía y que es diferente de las otras con aplicación en perfumería. Eso significa que aporta a nuestro campo una tercera rosa y eso ya es significativo”, explica Val Díez. Ese hito tiene que ver con el hecho de que, aunque haya miles de rosas en el mundo, tan solo se cultivan en Europa dos tipos de rosa para producir aceites esenciales para perfumería: la Rosa Damascena y la Rosa Centifolia. “Soluciones de síntesis de laboratorio existen muchísimas. Pero el atractivo que puede tener pensar que hay un nuevo producto natural que no conocíamos hasta ahora, lo supera casi todo. Y ese es el momento efervescente en el que estamos ahora; vemos que hay interés industrial real de ver hasta dónde puede llegar esta rosa”, relata Val Díez.

Respecto a las razones que llevan a pensar que la Rosa Narcea puede tener interés para la producción industrial, lo que explica la experta es que “hasta ahora, lo que hemos visto es que los rendimientos de la rosa asturiana van a ser muy similares a los de las rosas naturales que conocemos. No están por debajo, lo que seguramente la haría ineficiente, y es posible que en algún indicador pueda estar por encima de lo que se conoce, pero no tenemos suficiente evidencia. Será esta primavera cuando podamos ver el rendimiento”. Afirma Val Díez que el aroma de Rosa Narcea “va a ser distinto”. Y en perfumería, agrega, “todo lo distinto atrae, porque lo que es único nos lleva a un ámbito de privilegio que siempre se busca”.

Respecto al aprovechamiento que pueda hacer Cangas del Narcea de la rosa recuperada por el CSIC, Díez dice que “hay que ser muy prudente y cauto a la hora de decir cosas que generen expectativas a la población local. Pero la realidad es que cada vez que damos un paso, nos dice que no lo podemos dejar, que estamos en la buena dirección. Por ahora, no nos hemos encontrado ni una rosa más pobre que las otras, ni más frágil, ni un aroma peor, más bien al contrario: es una rosa fuerte, resistente, que da un aceite esencial en volumen que parece igual a los otros y cuyo aroma es interesante. Y ojalá podamos multiplicar esos números y decir que el potencial está ahí”. Otra certeza que hay es que “es una rosa autóctona y cuando la replanten allí, va a vivir”, concluye.

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