El VAR y la madera dejan al Sporting sin la tercera consecutiva: empate ante el Alavés (0-0) y polémico gol anulado

El árbitro invalidó en el añadido un tanto de Campuzano por un protestado fuera de juego minutos después de que Aitor se topara con el palo | Los rojiblancos maduraron un partido de mucho centrocampismo y pocas ocasiones

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

El VAR se llevó la tercera consecutiva. El Sporting acarició el triunfo ante el Alavés con un gol de Campuzano en el tiempo añadido anulado tras varios minutos de revisión. El fuera de juego fue tan difícil de ver como polémico. Los rojiblancos maduraron un partido de mucho centrocampismo y pocas ocasiones en las que llegaron mejor que el rival a los últimos minutos, los más locos. Aitor mandó poco antes un balón al palo, y los de Ramírez acabaron con un punto de prestigio para encadenar cinco partidos sin conocer la derrota, y con la rabia de haber podido logrado un triunfo para multiplicar la ilusión.

0
Sporting
0
Alavés
Sporting
Cuéllar (1);
Pol (1), Izquierdoz (1), Bruno (2), Insua (1), José Ángel (1);
Pedro Díaz (1) Nacho Martín (1), Varane (1);
Otero (1), Jeraldino (1).

Cambios

Guille Rosas (1) por Pol, min. 43; Campuzano (1) por Jeraldino, min.63 ; Jordan (2) por Nacho Martín, min. 63; Rivera (2) por Pedro, min. 82 y Aitor (2) por Otero, min. .81.

Alavés
Sivera (1);
Tenaglia (2), Laguardia (2), Duarte (1), Javi López (1);
Blanco (1)
Jason (0), Guridi (1), Salva Sevilla (1), Luis Rioja (1);
Villalibre (1)
Cambios

Toni Moya (1) por Salva Sevilla, min. 65; Benavidez (1) por Blanco, min. 65; Sylla (1) por Villalibre, min. 79; Rober (1) por Jason, min. 79 y Arroyo (1) por Laguardia, min. 81.

Árbitro: Árbitro: Quintero González (C. Castilla y Léon). Amonestó al local Varane y a los visitantes Javi López, Blanco, Salva Sevilla.
El Molinón Enrique Castro Quini: 18.746 espectadores, según datos oficiales. El exrojiblanco Cundi fue homenajeado en la previa del encuentro tras la inauguración de la puerta 3 de El Molinón con su nombre.

Cundi volvió al verde para recibir una merecida ovación de la afición con la puerta 3 de El Molinón ya funcionando con su nombre tras la inauguración del pasado jueves. La previa dio paso a una primera parte de puro centrocampismo, con Nacho Martín -novedad en el once junto a la esperada vuelta de José Ángel-, Pedro Díaz y Varane en permanente pelea con Guridi, Blanco y el veterano Salva Sevilla. Partido de los de madurar, de los de morir o matar en un pequeño detalle. Acabaron los rojiblancos teniendo más el balón, pero asumiendo pocos riesgos en ataque. El rival, cargándose de amarillas (tres: Javi López, Blanco, Salva Sevilla y otra perdonada a Duarte) y disponiendo de la única ocasión en un inicio intenso, de mucha disputa y con poca presencia en las áreas.

Hubo que esperar casi 40 minutos para ver la primera aproximación con peligro. Llegó en un ataque del Alavés por el carril zurdo. El centro al segundo palo lo conectó Tenaglia con la izquierda, la menos buena. Se fue por encima del larguero para fortuna del Sporting. A quien no acompañó la suerte fue a Pol Valentín, el lateral catalán se fue lesionado antes del descanso cediendo el sitio a Guille Rosas. El Sporting, serio y ordenado, resultaba incómodo para los vitorianos, pero se fue a la caseta sin probar portería. La preciosa tarde de sol en El Molinón y el impecable césped de la ingeniera Eva Sánchez-Céspedes, se dejó los goles para la segunda parte. 

La reanudación volvió a acercar al Alavés al primero. Lo hizo en una doble ocasión. Primero, con José Ángel echando la rodilla a tierra para echar un cable a Cuéllar y taponar un disparo de Salva Sevilla que se colaba para dentro. El rechace le cayó a Jason, conectando con la zurda a las nubes. Avisó el VAR para valorar si Cote se había ayudado de la mano en la jugada del disparo babazorro. Y entonces, apagón. Quintero González mandó parar a los jugadores al irse la señal del VAR por un problema eléctrico e impedir ver la imagen de la acción para salir de dudas. Unos minutos después se retomó el juego sin castigo alguno. 

Entraron Campuzano y Jordan para relevar a Nacho Martín y Jeraldino poco después, mientras Luis García Plaza retiraba a dos de sus hombres amonestados para evitar disgustos. Algo más de chispa en el lado rojiblanco para intentar prender la mecha en un Molinón deseoso de ver a su equipo ganar profundidad. Otero hacía estirarse a los de Ramírez. Guridi provocaba la salida a Cuéllar para taponar una internada desde el carril zurdo. Un pasito adelante de los de casa y el partido, abriéndose poco a poco, lo empezaba a aprovechar mejor el Alavés. 

Probó José Ángel a Sivera en un lanzamiento de falta lanzado muy cerca del palo izquierdo del meta visitante, pero sin llegar a coger puerta. Más activo se mostraba Cuéllar, sin llegar a estar excesivamente exigido, y con Bruno multiplicándose al corte. Rivera y Aitor dieron relevo a los extenuados Pedro y Otero, para diez minutos finales con todo por decidir y cada vez más ida y vuelta. Y en una de esas idas, Christian Rivera cedió a Aitor para que el de Gibraleón, desde fuera del área, ajustara con la zurda un disparo raso que se encontró con la madera. El primero entre palos de los rojiblancos, a dos minutos de los noventa reglamentarios. El Molinón, encendido para empujar hacia la tercera consecutiva en el arreón final. Salió el cartelón. Diez minutos de añadido. Todo era posible. 

Le perdonó el árbitro la segunda amarilla a Varane en un balón llovido. El francés no vio llegar a Sylla. Volvió a tenerla Aitor tras pérdida rival, pero pisó área sin llegar a encontrar línea de pase ante el rápido repliegue del Alavés. Y así, al minuto 97, el de la locura. Con el banquillo babazorro pidiendo a sus jugadores que frenaran el ritmo, dando bueno el empate, el siguiente desajuste visitante ya se fue para adentro. Jordan buscó la espalda de la zaga; Christian Rivera cedió de primeras a la llegada de Campuzano, y el catalán controló y ajustó con la zurda el tanto del triunfo. Estalló El Molinón. Revisó el VAR al detalle en busca de fuera de juego. Lo encontró para dejar a los de Ramírez sin la tercera seguida y limitar el premio al quinto encuentro consecutivo sin conocer la derrota.

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